Porque entre shorts, mini shorts y bragas largas, las chicas que usamos más de una 38 parece que no tenemos mucha opción de ir monas a un festival. Pues no. Acabo de llegar de Lisboa y durante tres días me he enfrentado a manadas de guiris clónicas embutidas en pantalones cada día más apretados y crop tops cada jornada más cortos. Mucha camiseta con el suje al aire, mucho moño despeinado ( de esos que a las rubias nórdicas les quedan divinos y como dice Postureo, las españolas parece que acabamos de venir de comprar droga), algún que otro tattoo molón y poca cosa más en el Optimus Alive. Un festival al que hacía tiempo tenía ganas y que no ha defraudado.
A mi tanto me da que sea para ir de festival o para ir a peregrinar a Fátima, yo sigo fiel a mis vestidos que en estos casos me hacen un buen apaño y encima son cómodos para tener que aguantar horas de pie y dando saltos. Los tres días fui de vestido, pero entre todos, este es quizás el look más ‘festivalero’ ya que sucumbí a mis queridas flores. Aún a sabiendas de que están más vistas que el tebeo este verano, me puse medio jardín en la cabeza y al final no fue para tanto. Tan solo un par de inglesas borrachas coincidieron con adornos florales parecidos, nada digno de mención.
El vestido es de h&m y tiene una de las caídas más bonitas que he visto en mucho tiempo (sobre todo por 20€). El anillo también es de h&m (comprado en Lisboa) y la pulsera regalo de mi amiga Iria por mi cumpleaños. La misma que se ha atrevido a hacerme estas fotos a las que teníamos miedo, pero oye, no han quedado nada mal. La rebequita turquesa completa el total look de los suecos, y es que este verano me hice con varias chaquetitas de manga 3/4 en h&m y les estoy dando muchísimo uso. Cabe añadir que encima me costaron 10€ cada una, de coña.
Mi sonrisa lo dice todo. Soy carne de festival y en el Optimus Alive me desquité temporalmente con los directos de Alt J, Phoenix, Green Day, Depeche Mode, Tame Impala, Kings of Leon, Biffy Clyro, Band of Horses o Vampire Weekend. Amigos, comida rica, temperatura lo suficientemente baja como para llevar cazadora y muchas risas. Porque para disfrutar de un festival no hace falta usar una talla 36 y enseñar media cacha al público, basta con disfrutar de la música y bailar hasta que el cuerpo aguante. ¡Nos vemos el año que viene, Lisboa!
