Llega la primavera, la sangre altera, y a Elena le da por ponerse flores en la cabeza. Pero esto no es nuevo. Los adornos florales me traen loca desde siempre y los acumulo cual fetiche aunque luego nunca llegue el momento de salir a la calle con ellos. Porque seamos realistas, llevar una corona de floripondios en la cabeza y no ser la novia de la boda, es raro. Y no debería de serlo, porque se trata de un accesorio que sí, es llamativo, pero favorece casi siempre, aporta luz a la cara, suaviza los rasgos y en definitiva, queda bien.

flowers hair

Pero mientras no se convierta en algo habitual en nuestras calles, me conformaré con seguir coleccionando coronas y guirnaldas de flores que mientras tanto cuelgo en las paredes de mi habitación y me pongo de vez en cuando para una sesión de fotos o algún evento especial. La de la foto es de Claire’s y no me costó más de 3€ (de rebajas).