Y es que llevo viendo desde hace tiempo una noticia que dice que Inditex permite entrar a sus establecimientos con perro. Y no hablan sólo de chihuahuas o yorkshires diminutos metidos en los bolsos, no. Dice que cualquier perro, de cualquier tamaño, siempre que vaya correctamente atado y con bozal en el caso de ser PPP, puede entrar.

Entendedme, que a mí me parece fantástico, tengo un bóxer de un año que se llama Brownie y sería la más feliz del mundo si pudiese llevarlo conmigo a cualquier parte. Pero entiendo que mi perro pesa 30 kilos, suelta babas y la puede liar.

Pero a lo que voy no es a eso. Que repito que me parece estupendo. A lo que voy es a que sí, genial, puedo entrar con mi perro, qué majo es este Amancio… Pero, tengo una 46/48, es decir, ¿puedo entrar en su tienda pero no en su ropa? ¡Pues apaga y vámonos!

Señora paseando a perro por un Zara
Señora paseando a perro por un Zara

Que digo yo, que ya que nos estamos volcando tanto con las discriminaciones sociales y que tanto queremos abrirnos a distintos públicos y que nadie se quede sin entrar, ¡¡piensa en las gordas!!

Somos la mar de agradecidas con los fabricantes de tallas grandes. Damos muuuchísisima publicidad gratis en las redes sociales, porque si una encuentra una tienda en la que le entra el culo en sus vaqueros, corre a compartirlo con los culos vecinos. No babeamos (bueno, lo mismo delante de un whopper, pero podemos controlarlo). No vamos a hacer pipí en las esquinas, como mucho, alguna lagrimita de emoción en el probador si ese top no nos corta la respiración. Y joder, que nosotras pagamos con dinerito de verdad, no con lametones.

Yo lo veo todo ventajas.

En resumen, Sr Amancio: Perros sí, gordas… También.

Begoña Martín García