Casi todas las personas gordas hemos sufrido en algún momento de nuestra vida miraditas y cuchicheos e incluso hemos notado el malestar de gente de nuestro alrededor cuando les ha tocado sentarse junto a nuestros enormes culos. Pero la historia de la modelo plus size Natalie Hage en un avión es de las más tremendas e incómodas que hemos escuchado nunca.

Os la contamos tal cual la ha relatado ella en su Instagram:

Natalie se sentó en su asiento en un vuelo a Los Angeles, un asiento más espacioso que los normales por el que pagó 70 dólares extras. Le tocó el del medio y nada más sentarse, el pasajero de su izquierda comenzó a resoplar, moverse en su asiento y hacerse notar visiblemente incómodo. Natalie estaba en su sitio, ni siquiera se rozaban.

Lo peor comenzó cuando se dio cuenta de que el hombre estaba mandando mensajes en su móvil sobre ella e incluso cree que llegó a fotografiarla. Cuando pudo leer la conversación, los mensajes eran la cosa más desagradable del mundo.

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– «espero que no haya comido comida mexicana»
– «creo que ella se ha comido al mexicano»
«Si oyes en las noticias que un avión no consigue despegar, seguramente sea el mío»
«estoy dejando una marca en la ventana porque estoy totalmente aplastado contra la pared»

Natalie se sintió totalmente devastada, más cuando explicó la situación y le pidió al pasajero de la derecha cambiar de sitio, pero no quiso. Así que no le quedó más remedio que aguantar el vuelo con ese individuo al lado, que para más inri, invadió su espacio al más típico estilo manspreading, mientras continuaba con los mensajes y ella clavada en su asiento. «Esta es la realidad de miles de personas día a día en cualquier situación», se lamentaba en su post.

Lo mejor llegó al final del vuelo, cuando Natalie decidió enfrentarse a él y grabó la conversación. Tras presentarse y decirle educadamente que había visto los mensajes, el pasajero lo negó. Pero ella le dijo que los tenía fotografiados y que le había hecho sentir incómoda en su propia existencia, por lo que no tuvo más remedio que pedir disculpas y excusarse con que había bebido. Pero entonces la conversación se puso súper chunga.

El tipo le dijo: «la verdad, creo que no deberías sentarte en un asiento de estos, cuando te preguntan si te ves capaz de ayudar a la gente para salir en caso de una emergencia, de verdad crees que lo eres?«

Natalie respondió «es gracioso que digas esto porque entreno 5 veces a la semana, no tienes ni idea de mi cuerpo y decir este tipo de bromas después de haberte disculpado te hace quedar como un gilipollas, acaso eres médico?»
A lo que el tipo le dijo «no es asunto tuyo»
Y Natalie zanjó el tema «MI CUERPO TAMPOCO ES ASUNTO TUYO. No vuelvas a tratar a nadie nunca más así».

El post de Natalie ha recibido miles de comentarios de apoyo y de agradecimiento de gente que ha sufrido historias parecidas, agradecimiento por haberse enfrentado a esa clase de personas que hacen sentir mal a las personas gordas solo por ser gordos, solo porque son unos gordófobos asquerosos.

Por cierto, al final el señor volvió a disculparse e intentó invitar a Natalie a cenar «por las molestias causadas» ¿se puede ser más disgusting?