Son las 9:00 de la mañana y ya me aburro en mi casa. Estoy alterado y tengo dos días libres por delante sin nada que hacer. El Tinder, el adopta y su madre ya no echa humo (porque paso eh…) y me esperan 48 horas de tedio en casa comiendo moscas. Como me aburro, tengo una teoría y la quiero corroborar.

Duchita, cafetito y moto y al centro.

Eeeeeepaaaa!

 

Gran Via. 10:00 de la mañana.

El campo de batalla madrileño comienza a llenarse de cláxones y frenazos y yo me dispongo a comenzar otra batalla, la de encontrar tallas para mi cuerpo serrano.

Siempre que he ido a comprar ropa me he encontrado una montaña de tallas S, M y L y ni una XL y mucho menos una XXL y siempre que he preguntado me han dicho «no hay nada en el almacén, está todo fuera ya» por eso quiero comprobar si a primera hora, nada mas abrir las tiendas hay stock y los grandotes de la ciudad nos apresuramos a comprar rápidamente o por el contrario existe una conspiración para no fabricar estas tallas y nos hacen creer lo contrario. Tenemos un magnifico recopilatorio de tiendas donde comprar ropa sacos de patatas para nuestros cuerpos serranos en este magnifico articulo de la jefa pero los que somos mileuristas y pasamos de gastar pasta en ropa, preferimos gastarlas en otra cosa whoppers  y así de paso probarnos si nos vale algo o no…
Primark Gran Via. 10:05 de la mañana.
Voy directo a la ultima planta, la de los bebés (tranquis que vengo sin sorpresa) y las cosas de casa. Tengo un problema y siempre me he confundido de planta y ya me he acostumbrado a pararme ahí. De paso miro si veo algo chulo para mi casa. ¡SI! hay un farolillo con una plaquita solar que se carga y alumbra un poco por las noches y lo puedo pinchar en mis macetas «pa’la saca». Esquivo a unas cuantas mamis comprando pichis para sus niños pequeños y bajo hasta la planta de hombre.
Respiro profundo y me mentalizo de que esta batalla va a ser difícil. Son las 10:10 y no hay apenas gente, lo cual es una buena señal.
Ahí está. Un horizonte textil ante mi. Montañas de colores de telas de diferentes patrones a precios escandalosos.
Esto mismo, pero sin tantas repeticiones, malpensad@s
¡¡¡¡Oportunidades de vestirme a la moda y dejar de ser un tío que se pone camisetas de grupos de música con letras raras porque son las únicas que le valen!!!! (Gildan y Fruit of the loom, os quiero y siempre os querré).
Al lío!
Camisetas a 2€, de varios cortes, slim fit, regular fit, taylored fit, suputamadre fit y demás historias. Bien, correcto. Compruebo la etiqueta del modelo que me mola y efectivamente, XXL o lo que es lo mismo, 46 inches (pulgadas para los de la LOGSE) de pechote, pectorales en mi caso jajaja. Comienza la búsqueda entre la montaña de camisetas y están todas ordenaditas de menor a mayor tamaño. Mi mente va procesando y asimilando según bajo la mirada todo lo que veo S, S, S, S, M, M, M, M, L, L, L, L, L, L, L, L, L, oh una XL! M, M, M, M, M, S, S, S, S, S…y así hasta 50 camisetas después.
VENGAHASTALUEGO!
Son las 10:20 de la mañana y no hay NADA señores! ¿Ha venido un gordaco a las 10:19 a llevarse todas las XXL que deberían de haber?
Sigo con la búsqueda. Next stop camisas.
Uy mira qué de camisas tan chulas. A ver…a ver…
Una mierda pa’mi! Más de lo mismo! Solo hay camisas de tamaños minúsculos y ridículos! Arrrgggg!!!
No hay absolutamente NADA. Es A-CO-JO-NAN-TE!
Al final me voy de Primark con un farolillo de 2€ para mis plantas y sin nada de ropa. BRAVO.
H&M Gran Vía. 10:30 de la mañana.
Pasar por H&M significa tener muchos recuerdos. Horas y horas esperando como un «pringao» y lo cierto es que desarrollé cierta aversión debido a tan traumática experiencia, pero desde que descubrí que las camisetas me quedan fabulosas en el 90% de las veces suelo pasar regularmente y de paso miro otras cosas por si cuela (inserte risa nerviosa aquí)
Atravieso raudo y veloz el vestíbulo y voy de cabeza a la sección masculina y allí me encuentro con lo de siempre, mis queridas camisetas básicas de algodón. Nunca fallan, son relativamente baratas, te valen para todo y el corte que tienen estiliza bastante la figura (aunque algunas son una lotería y parece que las cortaron con un par de copas de whisky encima)  Entre tanta ropa me encuentro con alguna que otra aberración como las camisetas extra largas (no comments), pantalones pesqueros (WTF), chándales (¿en serio? Toda mi vida intentando escapar de ellos ¿y ahora están de moda?) y demás historias, por supuesto descarto todo esto, debe ser que mi mente anclada en la simpleza y la sencillez no entiende de modas.
Arraso el stand de camisetas entre 6€ y 8€ y pillo de varios colores y diseños.
hmprod hmprod (1)hmprod (2)
Y así hasta 6 camisetas/polos en una tirada. Ideales para ir a una entrevista de trabajo, para bajar a comprar el pan, para salir con los colegas, para montar en tu caballo o para sacar el barco y pescar unos salmonetes.
Por suerte, el ratio stock/talla es bastante mejor, hay alguna talla, y no da la sensación de estar en un mercadillo con todo el stock fuera y la esperanza de encontrar algo es muchísima mas alta que en Primark.
Total 41€.
 PIM PAM PUM Y PA’CASA!
Conclusión: Todo esto me hace pensar que efectivamente somos una minoría y que lo tenemos realmente complicado para encontrar algo. Ya sé que tenemos opciones online y cosas en tiendas «normales» también, pero es un castigo ir de compras y pelearse por encontrar una miserable camiseta a precios decentes sin tener que hipotecar mi sueldo o tener que recurrir al socorrido C&A o Carrefour o Hipercor a comprar camisetas que pongan «College 1975» o «Surf Vintage Santa Mónica», que están muy bien cuando eres un pequeño zampabollos de 11 años y la ropa del Pull&Bear te queda ya ajustadita, pero ya con casi 30 años (mecagoenmivida…) no te apetece ir a tomar una cerveza con el ligue de turno y que tu camiseta ponga eso.
Así que eso, majetes de las tiendas de ropa, echad un vistazo al ganado masculino que pueblan nuestras hermosas y queridas ciudades, y os daréis cuenta del potencial de venta que tenéis.
Ah! y si hacéis calzado de tallas mas allá del 45, ya os hacemos un monumento!