Parece que a Cosmopolitan ya no le sirve sólo con decirnos como tiene que ser nuestro cuerpo en cada una de sus portadas.  Que no nos engañen esas tristes concesiones a lo “curvy” y lo “plus size” como eufemismo de “tía, estás acercándote peligrosamente a la 40”, marcando también los cánones de lo gordíticamente correcto en los estrechos márgenes de la faja de Kardashian o las posaderas de JLo.

Y no, no me sirve un artículo puntal sobre fat-shaming, o sobre el estilismo de Lena Dunham –que ya empieza a ser cargante- o una entrevista a una modelo plus size de moda de vez en cuando. Hablar de cuerpos diferentes a los normativos como si fueran una excepción a la norma no normaliza, (valga la redundancia) sino que perpetúa la idea del estereotipo versus lo extraordinario. Visibilizar cotidianamente cuerpos de todas las formas y colores en sus portadas, sus artículos, o sus protagonistas es la verdadera actitud body positive. El resto, toda esa fachada de buena voluntad,  son sólo concesiones a una realidad a la que no pueden por más tiempo dar la espalda: el empoderamiento de las mujeres a la hora de reclamar nuestro derecho a sentirnos bien con nosotras mismas y nuestros cuerpos al margen de sus portadas.

Pero volviendo a  Cosmo, ahora también, amigas, viene a ilustrarnos sobre cómo tener contenta a tu pareja.  En este fascinante artículo llamado “13 actitudes para tener una relación sentimental duradera” Cosmo México nos da las claves para que una relación íntima funcione, porque ya sabéis chicas, ser solterona es un mal rollo, más vale retener al maromo, a costa de lo que sea.

Y cuando digo lo que sea, es literal: consejos como darle el último bocadito de la cena, comprar el papel higiénico para que él no tenga que molestarse en hacerlo, prepararle el café antes de que despierte, déjate foll*r en posturas que a ti no te gusten si a él le excitan, o llenarle de halagos frente a sus amigos son las claves de la felicidad en pareja.

No encuentro demasiadas diferencias con un manual de la perfecta esposa de los años 50 y mucho menos con los consejos de la Sección Femenina que daban a nuestras madres y abuelas. No nos queda tan lejos, os recomiendo este artículo para comprobarlo.

Afortunadamente, la respuesta en las redes ha sido bastante clara, tan clara como la apología al machismo y la desigualdad que destilaba cada párrafo del artículo, al que por cierto, y muy acertadamente, le han puesto la foto de Baby y Hache, otra relación “modélica” y no exenta de violencia basada en la dependencia y los estereotipos más rancios: Las chicas como Babi se esmeran en sus estudios, hablan del último grito en moda y se preparan para encontrar al amor de sus vidas; los chicos como él prefieren la velocidad, la violencia, el riesgo, las motos y la camaradería de las bandas… Pertenecen a mundos distintos, pero el amor les hará cambiar: ellas se volverán más salvajes; ellos más tiernos…” como dice la propia contraportada de la novela.

Yo no soy ninguna experta en relaciones, pero seguro que existen miles de maneras para disfrutarlas que escandalizarían a esta gurú de la sumisión de Cosmopolitan.

Hay una poesía de Benedetti que se llama “te quiero”  siempre me ha gustado, y que dice en su estribillo que “en la calle codo a codo, somos mucho más que dos”. Y supongo que una relación es eso, el día a día, el codo a codo, sin imposiciones, sin sumisiones y sintiéndonos no media naranja, sino naranja completa.

¡Ah! Y el último bocadito, me lo como yo. ☺

Autor: Irene Riot