Ya está, se acerca el momento de la verdad, las sandalias vuelven a nuestras vidas y con ellas la ‘obligación’ de lucir unos pies perfectos. No sé vosotras, pero en invierno les doy un respiro a las uñas de los pies y vuelvo a la carga con el calorcito. Cada vez que me veo los pies así pienso ‘joder qué raros, con lo monos que quedan pintados’. Eso sí, los cuido y nutro durante todo el año, una cosa no quita a la otra, y una de las zonas más sufridas de nuestra anatomía se merece todos los mimos que podamos.
Hoy os voy a explicar mi ritual de belleza casera, porque no siempre podemos permitirnos acudir a un centro de belleza para que nos cuiden, y porque así también aprendéis a tener vuestros momentos de relax en casita. Esta práctica es muy relajante y puede ayudarnos a liberar tensiones y reducir el estrés, ¿estupendo no? Para ello debes escoger el momento idóneo, estando relajada y sin prisas, utiliza todo el tiempo que necesites y disfruta.
¿Qué necesitamos? Apunta:
– Un recipiente con agua y jabón donde tener a remojo los pies. Puedes meter aceites o sales en el agua, a mí me encantan los de Lush.
– Quitaesmalte.
– Cortauñas.
– Lima de uñas.
– Palito de naranjo para cutículas.
– Crema hidratante y exfoliante (si lo ves necesario).
– Esmalte.
Una vez tenemos todo preparado, lo dejamos ordenadito para ir paso a paso:
– Mete tus pies a remojo en el recipiente con agua y jabón para ablandar las uñas, durezas y cutículas, y déjalos de 15 a 20 minutos. IMPORTANTE, no te pongas con internet o a hacer cosas estresantes, aprovecha para descansar, leer o tomarte una copita de vino.
– Cuando tus uñas están blanditas es hora de cortar, personalmente odio las uñas de los pies largas, me dan grimi, así que corto de forma cuadrada y cortitas y remato con la lima.
– Gracias al remojo, las cutículas se habrán ablandado y retirarlas será pan comido, utiliza tu palito de naranjo y arrastra hasta que desaparezcan.
– Hidrata. Extiende la crema hidratante y masajea el rato que quieras y necesites. Recuerda que hidratarte los pies debería ser igual que cuando hidratas el resto de tu cuerpo, ¡no los olvides! Si notas que necesitas exfoliarlos, sustituye la hidratante por la exfoliante y enjuaga para eliminar los restos de crema.
– Aplica una capa base para dañar menos tus uñas. Sigue con el esmalte que prefieras y acaba con una top coat de brillo.
Ya tienes unos pies cuidados, para mantenerlos sólo tendrás que repetir el proceso cada semana o cada 2 semanas y tendrás unos pies envidiables.
¿Te apuntas a la pedicura casera?
