Lo que hay que ver, me pasa cada cosa que debería llamar a Iker Giménez… Si es que no soy normal se mire por donde se mire (aunque la normalidad está sobrevalorada). Pero es que no sé ni como me atrevo ni a decir esto que os voy a decir pero ahí va y que sea lo que tenga que ser…

He adelgazado 25 kilos y sigo siendo la misma que antes

Sí, sí, como lo leéis, no soy más feliz, no estoy curada de todas mis enfermedades,  no he realizado ningún milagro, no tengo superpoderes, no me he convertido en modelo y tampoco se me ha aparecido el Dios de ninguna religión. Vamos que soy igualita que antes, nada ha cambiado en mi vida, ¿pero qué me pasa? ¿Dónde está eso que nos venden de que cuanto más delgada más feliz? Quizás sea que aún no he adelgazado lo suficiente, tiene que ser eso porque sino me han timado y voy a denunciarlos por publicidad engañosa y falsas esperanzas encima. Porque no siento nada raro y eso, juraría que tiene que ser extraño, porque digo yo que si todo el mundo insiste en que hay que estar delgado y serás feliz, y te tocará la lotería, y tendrás suerte en el amor, y tendrás una salud de hierro, y…, y…, y… Pues que alguien me diga dónde están mi salud, mis millones, mi marido y mi felicidad.

Y mirad que he buscado. He empezado por la felicidad, porque con la salud no sabía qué hacer, los millones se supone que me caerían del cielo y el marido vendría con todo lo anterior, así que me dispuse a ir de compras, que eso dicen que siempre anima, aunque yo antes lo odiaba. Y sí, entrar en un pantalón «normal» (cuidadito a ver como os tomáis el término normal en la frase), al principio, te hace ilusión, los primeros diez minutos, pero ya está, luego no es para tanto, te das cuenta de que eres la misma persona pero con otro envoltorio y el envoltorio es lo primero que se rompe. Además, te das cuenta, de que hay días en los que no te reconoces en los espejos y, aunque ya no te tienes que poner de lado para entrar en ellos, lo sigues haciendo por costumbre.

Como con las compras fracasé, jugué a la lotería de Navidad, pero ni la devolución oiga. Otra vez que me han engañado, sospecho que es que no he perdido el suficiente peso, casi seguro, sino esto tendría que funcionar… La salud todavía sigo sin saber que hacer con ella y en cuanto a marido… La cosa, básicamente, es que no me tocan ni con un palo por si les doy con el palo en la cabeza, sospecho que es mi mal genio.Así que también han fallado en lo del marido. Que no he perdido lo suficiente, es eso SEGURÍSIMO, no hay otra explicación.

De todas formas, después de todo el camino recorrido, al final quedáis tú y tu interior, y eso no lo cambian 25 kilos más o menos, a menos que se te suba a la cabeza y creas que ya puedes ser un ángel de Victoria’s Secret. Como no es mi caso, yo sigo siendo la misma, definitivamente, aún a riesgo de parecer más rara todavía, mi envoltorio ha cambiado ligeramente pero mi mente y me interior sigue siendo el mismo de antes de comenzar esta aventura y, si os digo la verdad, prefiero que siga siendo así, ya me he acostumbrado a lo que tengo y a lo que soy y convertirme ahora en alguien nuevo tiene que ser muy cansado, así que me quedo como estoy.

Autor: Carmen C.