Buceando por Facebook he visto una publicación que rezaba algo así como “Eres flaca si pesas 47 kg y comes chicharrón y salchipapas todos los días. Si pesas 47 kg a punta de lechuga, eres una gorda en pausa”. Me he quedado idiota porque, ¡joder! ¿Gorda en pausa? Sin inmiscuirme ya en el peso, (que 47 kg me parecen muy pocos dependiendo de la altura) creo que si es a punta de lechuga, ¡aún tienen más mérito! Yo, por desgracia, no tengo esa fuerza de voluntad para seguir una dieta y bajar mis chichas.

Pero si ya la publicación en sí me ha llamado la atención, no os digo los comentarios que publicaban, para nuestra desgracia, la mayoría mujeres. Que si una pesa 55 kg y pone una carita de pena porque no se puede encasillar en esos “ansiados 47 kg de salchipapas”, que si otra pesa eso y se lamenta de ser una gorda en pausa, otra que recrimina a alguien ser “seguramente una gorda” por haber dicho que no estaba de acuerdo con la frasecita de la publicación…

Yo siempre había pensado que el estereotipo de mujer del siglo XXI (esbelta, buenorra y esas cosas), venía impuesto por la moda y otros factores que, por desgracia, no podemos modificar con un chasquido de dedos. Pero, ¡es que somos nosotras mismas! ¿Nadie les ha dicho a esas señoras que el peso es sólo un maldito número y que no porque sea mayor o menor vas a estar más buena? ¿Que unos kilos más o menos no van a hacer que seas más guapa, o menos lista, o sólo ligeramente simpática? Porque hablando sin conocer, sólo por los comentarios que he leído, a más de una la podría calificar de prepotente, creída y otras perlas que serían para mayores de 25 años mínimo. Pues a pesar de estar bien orgullosas de sus 47 kilos, yo no creo que las aguantase ni hasta el primer plato en una cena.

Después de las linduras leídas, lo que más me ha impactado es la “dieta sana” que promulgan: chicharrón y salchipapas. Yo si me alimento sólo de eso muero en el intento. Hija, pesarás mucho menos que yo, pero te aseguro que mis kilos de más son bien sanotes. No voy a ir de santa y no reconocer mis atracones de helado, o de hamburguesas de vez en cuando, pero al menos mi dieta es muy variada. Comer de todo es fundamental para una buena salud, independientemente de los kilos que una pese.

¡Y qué coño! ¡Que cada una es como es y come lo que le da la gana! Y yo estoy muy orgullosa de mí, de mis logros y de ser una gordibuena, porque incluso con kilos de más ligo, tengo novio, disfruto, bailo, patino, sonrío, veo películas, voy a conciertos, me planto una minifalda y presumo de delantera. Que unos kilos de más no son equipaje si quieres recorrer la vida. Ego dixit.

Reena