Como sabes, el rostro es el espejo del alma y tus miedos e inseguridades se reflejan en tu exterior. ¿Existe alguna forma de eliminar  estas inseguridades o al menos de maquillarlas para que no nos amarguen la existencia?

Yo también he vivido inseguridades en algunas etapas de mi vida, sobre todo cuando empecé a buscar trabajo por primera vez. Me sentía mal conmigo misma, pensaba que había gente con más experiencia que yo y me preguntaba que por qué me elegirían a mí.

Os podéis imaginar cómo salía de cada entrevista de trabajo. ¡Peor imposible!

Pero con el tiempo me di cuenta que lo que fallaba era mi actitud ante la vida, mi mente débil, mis pensamientos negativos, y lo más importante, mi falta de confianza y seguridad.

Aprendí de mis errores y salí victoriosa gracias a estos trucos que empecé a practicar todos los días. Te los cuento por si pueden echarte una mano.

  1. Cuida tu físico

Puedes tener cosas que no te gusten, pero habrá otras que te hagan ser y sentir espectacular. Se trata de destacar aquellas que te hacen sentir mejor.

Siguiendo la filosofía de ‘disfruta de lo que tienes mientras trabajas por lo que quieres’, dedica tu tiempo y energía a tratar de mejorar aquello que no te convence de ti misma y verás como tus ánimos se disparan. ¡En positivo!

  1. Trabaja tu mente y no pares de aprender

La mente es tan importante como el cuerpo. Muchas personas sufren de “miedo” a hablar en público o a realizar intervenciones por temor a cometer una equivocación. ¿Es tu caso?

Existen muchos métodos para ejercitar la mente, puedes elegir el que mejor te resulte y comenzar a trabajarlo a diario.

Con la práctica, perderás el miedo poco a poco a participar en conversaciones dejando tu opinión, dirás lo que piensas con contundencia y perderás el miedo que te paralizaba, te lo aseguro.

  1. Sé responsable de tus errores y vuelve a levantarte

Una de los fallos más comunes en las personas con inseguridad es pensar que sus errores tienen más importancia de la que realmente tienen. ¡Anda ya!

Todo el mundo se equivoca y tú no serás la excepción. La gente que tiene seguridad en sí misma sabe que ellos no son perfectos como nadie lo es. Y que sus errores les llevarán al éxito.

¿Qué tal si nos reímos de nuestras equivocaciones? ¿Lo habéis probado alguna vez? Haz la prueba, verás la sensación de paz que sientes.

  1. Rodéate de gente segura y con confianza

Si te rodeas de gente que tiene seguridad en sí misma, pronto lograrás sentir seguridad solo por imitación.

Si por el contrario te rodeas solo de personas que tienen más miedos que tú o inseguridades, tus temores irán a más.

Así que evita a aquellas personas que te puedan influenciar de forma negativa de manera premeditada o no.

Personas que suelen decirte cosas como “es imposible conseguirlo”, “tú no sirves para eso” o “no podrás hacerlo”. ¿Qué no? Demuéstrales lo que eres capaz y ríete de todos aquellos que no confiaron en ti en un primer momento.

  1. Ten presentes tus triunfos

Piensa en tus mejores habilidades, tus puntos fuertes y aquellas cosas que sabes hacer mejor. ¿A que no se te resiste nada?

Recuerda tus éxitos pasados y cada una de las metas que has logrado cumplir. Esto mejorará tu estado anímico, estimulará tu conciencia y te empujara a alcanzar nuevos objetivos con éxito.

  1. No hagas siempre lo mismo

Las personas que son inseguras de sí mismas suelen permanecer en su pequeña zona de confort porque esto no les supone un gran esfuerzo emocional, realizan actividades con las que ya se encuentran habituadas y con las que sienten seguridad.

Pero, queremos soluciones nuevas y haciendo siempre lo mismo, conseguiremos los mismos resultados. ¿Cómo romper con esto?

Si reiteradamente rompemos nuestra zona de confort, comenzaremos a ver como normales acciones y comportamientos que antes nos intimidaban.

Puedes apuntarte a un taller de teatro, practicar puenting o preguntar direcciones a desconocidos. El objetivo es expandir nuestra zona de confort para darnos cuenta de que nuestras inseguridades “no son lo más importante”.

  1. Repite: “valgo mucho y puedo con todo”

Si constantemente te repites que eres una persona segura de ti misma y te comportas como si realmente lo fueras, terminarás creyéndote que lo eres.

Ponte delante de un espejo y repite esta frase una y otra vez. Esta técnica la apliqué durante unos meses y me ayudó a sentirme un poco más segura.

Si no lo intentas seguirás siendo esa persona temerosa y cabizbaja que no te deja ser quien eres. Y solo vivimos una vez en la vida, no tenemos siete vidas como los gatos.

Todos tenemos derechos a ser felices, pero me da coraje que haya gente que se queje sin haber movido un dedo para solucionar su problema de inseguridad. Basta ya de lamentaciones y ¡a trabajar se ha dicho!

Autora: Edith Gómez

Twitter: @edigomben