ESTE 2016 MI PROPÓSITO ES MOVER EL TOTO.
Así de sencillo: llevo demasiado tiempo sin movimiento totil (¿o es «totar»?)

Esta última nochevieja estaba yo un poco así con la vida. 2015 fue uno de esos años tras los cuales piensas “pues mira, al menos no me morí” porque a pesar de los chispazos fantásticos que tuvo, sientes que más que sobrevivirlo no hiciste más que sobremorirlo: quedarte ahí, al borde de la vida, sin vivirla intensamente.

Sí, hay algunas personas que pensamos en estas chorradas.

Pero al grano. Última Nochevieja. Un 2016 nuevito y lleno de posibilidades delante. Todos los inicios de año me los tomo igual, como uno de esos días de los que habla John Cheever en “La Geometría del Amor”: una de las dos o tres veces en el año en que sientes que estás comenzando una vida nueva. Siempre me proyecto al futuro y pienso en lo guay que sería mi vida si comiera sanísimo, si me volviera ultradeportista, si en vez de ser un incordio fuera una tía megamaja. Como es de suponer, siempre llega el primero de febrero, no he hecho nada de nada y, tan panchamente, vuelvo a ser la misma gorda vaga y rancia el resto del año. A veces pienso en todas esas cosas chachis que podría ser (y no soy) y me pongo a llorar frente al espejo, truco infalible para, además de sentirte triste, sentirte gilipollas. Pero eso no viene al caso.

Lo que viene al caso es que soy una tía supersticiosa y en Nochevieja hago un huevo de rituales. Eso de comer las 12 uvas es un puto remedo al lado de todo lo que yo hago: Yo salgo a correr con las maletas, quemo un papelito con mis deseos, echo lentejas en todos los recovecos y me descalzo y corro borracha hacia el mar (celebro la nochevieja en el hemisferio sur, amichis: supersticiosa siempre, descocada, jamás). La más especial de mis cábalas, sin embargo, es la de creerme que el año que viene estará marcado por la primera canción que escuche una vez el reloj marque las doce (El año de “Voy a beber” fue particularmente magnífico especial).

Pues eso. Eran ya casi las 12, ay que nervios, qué canción será, cuando de pronto, chan chan campanadas y:

mueve el toto, mueve el toto, mueve el toto
mueve el toto, mueve el toto
mueve el toto, mueve el toto, mueve el toto
mueve el toto, mueve el toto

Os lo juro.
Y para colmo era un reggaetón.
Y PARA COLMO ME DIERON LAS GAFAS A JUEGO.

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NO MIENTO AMICHIS

Era como si el universo estuviera gritándome, ahí con el mar y las uvas y las maletas, MUEVE EL TOTO, DESGRACIADA. A mí. A mí que tengo el toto megaquieto. A mí que me muevo poco, a mí que me cuesta la vida tomar decisiones. A mí, la que no se arriesga, la que da primeros pasos con pies de plomo. A mí, la que deja su futuro en las manos de la primera canción que suena en el año, en vez de decidir cómo coño quiere que sea.

Si eso no es una epifanía, yo no sé qué lo es.

Y ahora te preguntarás tú, querido lector: ¿En qué consiste mover el toto? Y sobre todo, ¿en qué consiste moverlo en condiciones? Pues facilísimo. Consiste en despegarlo del sofá y llevarlo hacia todos esos lugares donde quieres estar.

Como esta tía, por ejemplo

Querido año en curso: es la última vez que le dejo mi suerte a la primera canción del año, pero la primera vez que me la voy a tomar requete en serio. Este 2016 voy a mover el toto (en condiciones) y por ende y consiguiente:
Haré cosas. Seré más valiente para ello.
Haré cosas. No me sentiré culpable por si no resultan como espero.
Haré cosas. Me enfocaré en mi presente y no viviré más tanto en el pasado.
Haré cosas. Dejaré de preocuparme por el feedback. Dejaré de preocuparme, punto.
Haré cosas. Dejaré de ser lo puto peor.
Haré cosas. Daré ese beso. Haré ese viaje. Follaré (ya que follar es sólo una parte del concepto “mover el toto” pero mover el toto, una parte fundamental de follar)
Haré cosas. Le quitaré el puesto a mi jefe (Jefe, me pediste que fuese ambiciosa)

En resumen:
Tomaré decisiones, así sean las decisiones equivocadas. Moveré el toto y lo moveré como no lo ha movido nadie, recordando que moverlo es, más allá de una cuestión física, una cuestión de actitud.

En los 20 días que vamos no me ha ido tan mal.
Pero tengo que moverlo.
Cada día más
Y cada día, mejor.

P.D. Quizá estabas buscando este post que también es un post de considerable importancia.

Rebel Williams a punto de un movimiento totil en la imagen destacada