Me encanta la moda, eso es un hecho más que demostrado, pero desde pequeña he sentido la obligación de vestir para disimular mi tamaño. Al llegar a los 30 he aprendido que nadie (ni siquiera mi vocecita interna aterrada por el miedo al qué dirán) tiene derecho a decirme lo que puedo o no puedo llevar.
Sí que es cierto, que antes, era mucho más complicado encontrar ropa de tallas grandes con las que no parecer una señora mayor o un saco de papas, así que ahora, en mi treintena y con muchísimas más opciones en el mercado, me he propuesto darle un bofetón sin manos a mi voz cobardica y a todos los gordofóbicos que critican a una gorda por vestir fuera de lo que se presupone correcto.
Y como estoy segura de que todavía me encontraré infinidad de iluminados que piensan que por más que yo me quiera, hay prendas que están prohibidas para mí, por gorda, voy a demostrarle con hechos que se equivocan…
¡No por favor, esconde esas lorzas, por el amor de Dios! De verdad que estas chicas no tiene sentido del ridículo, ¿cómo se atreven a ir a así por la vida? Enseñando sus carnes, qué desagradable ¿verdad?
Aquí va otra imagen, por si no os he escandalizado bastante
Pantalones culottes:
Son una de las tendencias más seguidas desde hace un par de temporadas y tienen fama de estilizar poco y recortar la figura, así que ultramegasuperprohibido para las que superan una 40 y miden menos de 170 cm.
Pues que queréis que os diga, mi armario está repletito de ellos, tanto de verano como de invierno y no me pueden enamorar más, vamos que si por mi fuera iría con ellos hasta al gimnasio…
Tendencia Cut-Out:
Ya os hablamos de esta tendencia en post anteriores, se trata de meter la tijera en zonas como la espalda, caderas, escote, mangas, el caso es enseñar chicha con estilo y originalidad.
Algo totalmente fuera del alcance las plus size ¿¿no??.
Faldas de tul.
¡Oh, no! Añadir más volumen a tus redondeces, ¡ni se te ocurra!
No querrás ir tan absolutamente cuqui como éstas chicas, ¿quién querría ir así de adorable?
Hablamos de enseñar barriguita, mientras, por ejemplo, marcas cintura… Nada más que añadir a lo evidente.
Duele solo mirarlas ¿verdad?.
Creo que queda demostrado que la única que tiene derecho a decidir cómo vestir eres (citando a Pablo Alborán) tú y solamente tú.
Así que si te queda alguna mínima duda o inseguridad, ponte a cualquiera de estas maravillosas bloggers y modelos en tu fondo de pantalla del móvil y cambia el chip, que como he leído mil veces por la red: la vida es demasiado corta para llevar ropa aburrida…