Hasta dónde pueden llegar ciertas modas es un tema que nos tiene a todos bastante preocupados. Pensamos que la mayoría de tonterías que corren por internet (que si ahora lo más es el bikini bridge, ahora ya el thigh gap) durarán lo que tiene de vida un tuit en un timeline… lo que tarda el dedo en hacer scroll. Sin embargo, hay algunas que cuando llegan, por mucho que cruces los dedos para que duren poco, no dejan de sorprenderte. ¿Por qué?
Pues porque cada vez se pone más difícil tratar de luchar por los pequeños mantras que definen Weloversize cuando hay vertientes ajenas que deciden imponer lo contrario. Agárrense que viene fuerte y el enfado puede ser monumental. Estamos hablando del Project Harpoon, o como lo han definido recientemente en Huffington Post, la moda del #ThinnerBeauty. Se trata de la última corriente en el uso del Photoshop, no para dejar sin extremidades o poros a alguna modelo, o ni tan siquiera hacer el ejercicio de David Lopera en imaginar cómo serían los cuerpos de todas las famosas si estuvieran gordas. Si bien el objetivo del artista había sido el de tratar de concienciar la imagen pública de la existencia de todo tipo de tallas, a alguien se le ha ocurrido.. a la inversa.
La cuenta de Instagram @project_harpoon, y su homóloga en Facebook, respaldada por otras cuentas similares, tiene como objetivo, ojito, apoyar el movimiento de estar en forma y ser normal. A primer golpe de vista, a mí esto me suena a que el movimiento curvy está dejando a gente enfadada y sin respirar en un rincón, gente a la que le molesta que lo grande y diferente, lo que no está establecido por un irreal canon, tenga cabida y sea abrazado. ¿Cómo se supone que apoyan el movimiento sano? Usando la nombrada herramienta de retoque, esta cuenta recoge imágenes de mujeres de talla grande y las convierte en delgadas. “De foca a sirena”. ¿Tenéis las manos calentitas ya para la bofetada? Aún hay más.
Rebel Wilson, Tess Holliday, Melissa McCarthy e incluso gente anónima de grandes proporciones se ha visto objeto de una cuenta que, según ellos, se definen como feministas y abogan en sus centenares de hashtags por la salud, los derechos de las mujeres y comer sano (porque TODAS sabemos que las delgadas comen sano y las gordas comen mal).
Ojito al comentario sobre el “potencial” que tendría en la alfombra roja nuestra querida Rebel… si fuera delgada, dando a entender que todo ese potencial está completamente desperdiciado en alguien de su tamaño. El comentario va más allá, insinuando que con gimnasio y comida sana se consigue cualquier cosa. Rebel, querida, repíteles por nosotras, que aquí ya estamos un poco hartas, de que el objetivo es estar contento con lo que se es y se tiene mientras se lucha por lo que se desea.
¿Con qué parte positiva nos podemos quedar de todo esto? De momento, y primero de todo, que esto pasará en dos días desapercibido, sin manchar para nada la gran revolución del movimiento curvy. Lo segundo, y que es lo que a mí personalmente me tranquiliza más, es que todos los comentarios que está recibiendo la cuenta, tanto de gente anónima como de medios, van encaminados a condenarlos, siendo conscientes de que de todas las maneras de intentar promover un estilo de vida saludable, esta es la peor y más macabra.
