Querida/o:

(Digo querida/o porque soy así de estupenda, magnánima y zen…)

Deja de decir que mi vida es fácil porque no me quejo, porque busco motivos cada día para sonreír. Deja de restar valor a mi cansancio porque no tengo hijos, porque crees que lo único que me impide dormir es bailar y tener sexo en las madrugadas… y desconoces en qué concentro mis esfuerzos.

solteras expectarivas

Deja de frivolizar mi alegría porque no se trata de risas tontas que reaccionan a determinadas sustancias ni de diversión vacía noche tras noche. Mi felicidad nace de lo más profundo, de mi agradecimiento por estar viva cada mañana, de vivir el aquí y el ahora como hacen los niños. Aprende de tus hijos.

Deja de envidiar las fiestas interminables que imaginas que tengo. Si quieres esas noches de marcha y música, cervezas y conciertos que disfruto, ten en cuenta que otras son de paz y tranquilidad en casa, de relax, de soledad elegida… y también hay de soledad no deseada y de miedo.

deja de decir que mi vida es fácil

Deja de quitarle mérito a mi autenticidad y a mi libertad porque pago por ellas un precio alto, tan alto que tú no estás dispuesto a hacer lo mismo. Consideras que ser libre equivale a ser irresponsable e insolidaria pero resulta que no: me hago cargo de mí misma y también tomo en consideración a las personas de mi entorno. De hecho, algunas de ellas casadas que no me hacen de menos por no estarlo.

Deja de subrayar argumentos con un «porque tengo hijos» como si eso te diera puntos extra o la razón. Yo no te echo en cara tu maternidad. Al contrario: defiendo tu opción, la respeto, en ocasiones hasta la admiro y peleo por que padres y madres puedan disfrutarla en las mejores condiciones pero que no sea a costa de quienes no tenemos descendientes.

imposicion maternidad

Afortunadamente, cada vez se entiende más que una mujer no necesita a ninguna otra persona para sentirse realizada ni protegida. Tampoco está ya obligada a tener como único objetivo aceptable en la vida ser madre. Así que no me tengas lástima por no tener pareja o hijos: son circunstancias. Las mías y no te incumben.

Céntrate en ti, en tu vida, en vivirla y disfrutarla, en convertirla justo en lo que quieres, en lo que deseas que sea y deja de juzgarme para bien o para mal. Es injusto comparar sólo la parte mala de una situación con la únicamente buena de otra porque en cualquier aspecto de la vida, queridas y queridos, hay bueno y malo.