Si hay algo de lo que estoy hasta el coño CADA FUCKING VERANO es de la puñetera ‘Operación Bikini’ (cuántas palabrotas he dicho en una sola frase, pero ¡así-soy-yo!, como dice Paquirrín). Y estoy muy muy harta de que, en el período comprendido entre mayo y agosto, todas las portadas de las mal llamadas ‘revistas femeninas’ estén inundadas de consejos y artículos dedicados a hacernos sentir como mierda seca por no tener un cuerpo que entre en los cánones que ellos mismos imponen.

Cómo lucir vientre plano antes de ponerte el bikini, te dicen: Mira cari, yo no he tenido vientre plano ni con 7 años, y ni metiéndome ahora en Corporación Dermoestética lo voy a tener. Vientre plano no tienen sino 10 mujeres en todo el mundo, el resto tenemos todas, en mayor o menor medida, una linda barriguita que también tiene derecho a remojarse en la playa y la piscina. Y cuando no es vientre plano es piernas tonificadas, y cuando no, la dichosa celulitis. FUCK THE HELL OFF, people. Ya está bien de tanta dictadura del bikini.

 

No es un trauma buscar bikini (bueno, un poco sí, pero sobre todo por las tallas), lo que es traumático es a la presión que nos tienen sometidas cada puto año con que tenemos que estar delgadas y perfectamente tonificadas para lucirlo sin complejos porque, si no, no tienes derecho siquiera a pisar la playa. ¿Pero cómo demonios permitimos que nos cale este mensaje todos los años? Si es que somos TONTAS.

Yo me niego. Llevo años diciendo, muy orgullosamente, que la operación bikini no consiste en cambiar tu cuerpo para el bikini, sino en encontrar uno que te siente bien. Que es el bikini el que se tiene que adaptar a nosotras, nena, no al revés. Que es un jodido cacho de tela, ¿cómo permitimos que nos domine y acompleje de esta manera?

Esta semana he leído en una revista que ‘millones de mujeres en todo el mundo sufren lo que se denomina el ‘swimsuit trauma’. Una patología que genera ansiedad, estrés, baja autoestima, autocompasión y la deprimente sensación de que cualquier cosa que una haga por mejorar su físico o bajar de peso nunca será suficiente para satisfacer a esta exigente prenda, que parece inventada por el diablo‘, y me han dado escalofríos. No es la prenda la que es el diablo, chicas, es esta sociedad enferma la que es el diablo puro. No es justo que nos hagan sentir así todos los veranos.

El verano debe significar cosas bonitas: buen tiempo, terracitas, más tiempo libre para estar con la familia y los amigos, viajes, vacaciones… Ya está bien de ponernos una nube negra encima de toda la felicidad que representa la época estival derivada de una simple prenda de ropa cuyo único objetivo debería ser el soportar revocalmientos en la arena y baños maravillosos en el mar fresquito (o en la pisci) cual ballenas varadas.

No pasa nada si no te ‘ha dado tiempo‘ de llegar a la Operación Bikini, porque esta operación no es más que una gran chorrada inventada por gente que nos quiere acomplejadas, tristes, raquíticas, con desórdenes alimenticios, con problemas de autoestima. Lo siento, pero nada de eso me representa. Sólo tienes que echar un vistazo a nuestra web para encontrar muchas opciones de bañadores y bikinis que quedan increíbles en cuerpos diferentes como los nuestros y que van a conseguir que te sientas como una diosa en la playa, te lo digo por experiencia.

No sabéis lo que es ir a la playa con todas tus amigas delgadas y que tu bikini sea el más admirado; que la gente te pregunte dónde lo has comprado. A ti, a la gorda del grupo. Así que esa es la única operación bikini que pienso cumplir este año: ser la más divina a pesar de mi barriga, mi celulitis y mis brazos gordos. Porque nada de eso importa cuando estás disfrutando del buen tiempo. Lo siento mucho pero no, ni la playa ni la piscina son un escenario de modelos fitness, aquí hemos venido a divertirnos y refrescarnos, y no a sufrir críticas de nadie ni a taparse bajo un pareo, ¿estamos?