Sí, sí, de un pantalón. No hace falta capa para convertirse en un “super-algo”… Y es que yo soy gorda de rebote, de las que antes no lo eran, y claro, ¿para qué aceptar que mi cuerpo ha cambiado, cuando puedo autoengañarme y pensar que esos “kilillos” (kilillos mi toto moreno, 30 kilazos de ná) los voy a perder enseguida? Así que, ¿por qué comprar ropa? No, no, yo me apaño con un par de pantalones de chándal o la ropa que mi madre y mis tías desechan, que total, para unos meses no me voy a comprar nada, que te gastas el dinero en balde, porque claro, repito, en unos meses yo voy perder todo lo que he ganado (¡já!).

Y así pasa el tiempo. Pasan los meses, y yo, vestida de abuela, disfrazada de otras, olvidando mi estilo, sintiéndome mayor…  y el carácter se agria, por eso de hacer juego con la ropa.

Pero entonces empecé a leer Weloversize y una idea loca me entró en la cabeza… “disfruta lo que tienes mientras luchas por lo que quieres”. Y oye, que me miré al espejo y me di cuenta de que yo no disfrutaba de lo que tenía, y es que tenía aspecto que no era el mío, de señorona, seria, gris, formal, mayor…y vale que no soy una adolescente, pero con treinta y uno tampoco es que vaya a jubilarme pronto (¡y ojo! Que si os gusta vestir así, genial, pero no era una elección que yo había hecho, no era mi forma de ser lo que reflejaba mi ropa, ¡no era yo!).

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Y me compré un vaquero.

Un vaquero que no era elástico, que no era “de los cómodos”, era un vaquero que marcaba mi culazo, y se ceñía. «¡Si tengo cintura!» (grandota, pero la tengo).

Y le siguió una camiseta «¡holi tetas, si seguíais ahí!».

Y un corte de pelo.

Y un pintalabios rojo.

Y de pronto, por arte de magia, ya no era una señora, ya no tenía el carácter agrio, ni me veía vieja, ya no sentía que tenía que perder peso para ser yo. Yo era yo. Y os parecerá una tontería, os parecerá superficial, pero unos vaqueros me transformaron, un pantalón me dio un superpoder: el de quererme a mi misma. Que probablemente 30kg no los baje en unas pocas semanas precisamente, pero no por ello voy a dejar de mimarme y quererme por encima de todo.

Así que os animo a no esperar a que tu cuerpo sea el que quieres, os animo a que disfrutéis ahora de lo que tenéis, que os gustéis, que os aceptéis… y que compréis unos vaqueros que os marquen vuestros culazos.

Miriam.

 

Las fotos son de Slink Jeans.