El rapport es el fenómeno en el que dos o más personas sienten que están en sintonía psicológica y emocional.
¿Alguna vez has estado con un grupito de gente que es muy cercana a tu corazón y sientes que con una mirada pueden decirse todo? Tener conversaciones completas con un solo gesto de la cara, señales secretas que nunca habéis pactado antes pero que sabes qué significan.
Estás con tu madre de paseo y pasa la tía que le robó esa papaya tan jugosa el lunes pasado a tu madre en la frutería, notas el odio que sale de tu madre en la ceja arqueada y en como aprieta la boca para no gritar que es una roba-papayas. Ella no ha dicho absolutamente nada pero no hace falta, ya tú lo sabes, así que coges una piedra y se la tiras en la espalda a la ladrona. Eso es rapport.
Esa conexión que mucha gente busca, que cree que alcanza pero pocos consiguen, llegan a un estado de comodidad pero no de sintonía.
Hay parejas que dicen ‘No nos callamos nunca, la conversación nunca para, no hay silencios’. Lo dicen orgullosos y con un cartel que dice, ‘Mira qué bonita es nuestra relación y qué bien nos llevamos’. Les tengo mucha pena. Los silencios son incluso más necesarios que las palabras. Siempre se ha dicho que una imagen vale mas que mil palabras, por algo será, yo voy más allá y digo que una mirada no tiene precio.
Con esta técnica o herramienta no hay manipulación; justamente se trata de respetar al otro. Podemos concentrarnos sin distracciones en lo que la otra persona trata de comunicar y a su vez hace que podamos comunicar justo lo que queremos sin que haya amonestaciones, críticas, juicios o mala intención. Logra, básicamente, los momentos en los cuales piensas cuando te vas a dormir. Esa conversación sobre caca con tu amiga que acabó con un cuesco sonoro provocado por la risa, esa caricia que te dio tu pareja esta mañana que dijo sin palabras ‘Buenos días, te quiero amor mío’ aún cuando su cara era de orco buscando café. Los momentos bonitos.
El rapport es a lo que todos deberíamos aspirar y si ya se posee, conservar.
