Comenzamos la cuenta atrás para tomar las doce uvas (quien las pueda tragar porque yo lo llevo intentando 26 años sin sufrir un atragantamiento) lo que si podemos asegurar es que todas las casas, familias o grupos de amigos tienen algo en común: los buenos propósitos que se realizan esa noche entre copa de vino y gintónic para que, en la resaca del día siguiente estos propósitos pasen desapercibidos hasta la entrada del año siguiente! ¡Chicas, me he cansado de esto!

¿Cuántos objetivos o propósitos nos planteamos ese día o los primeros meses de año? ¿Cuántos intentemos DE VERDAD conseguir? ¿Por qué unos fallan y otros lo consiguen? Esta pregunta me la hago cada día que imparto un curso de Desarrollo Personal, ¿qué podría hacer para que las buenas intenciones fueran más que meras intenciones, fueran acciones reales?

Hoy te quiero mostrar el método para enamorarnos de nuestras metas y objetivos.

Lo primero que quiero que reflexiones es la motivación que te empuja hacia tus metas, ¿es una motivación que te aleja de lo que quieres (no quiero pesar X kilos) o es una motivación que te acerca a lo que quieres (quiero pesar X kilos dentro de 2 meses)?

Dependiendo del lugar donde pongas tu foco de atención la motivación será una u otra, céntrate en aquello que quieres lograr, esto podrá generarte emociones placenteras y te mantendrás enfocada en tu meta y sueño.

Ya no somos niñas, ¡asumámoslo! Responsabilízate de tus objetivos y deja de culpar al estrés, al trabajo, familia…eres la única persona que tiene el poder de conseguir lo que quieres, deja de victimizarte y asume el control de tu vida. Cuando te plantees tus metas pregúntate ¿De quién depende que pueda conseguir mi meta? ¿Cómo puedo asumir la plena responsabilidad de mis actos?

Cierto que esta clase de objetivos, planteados desde tu propia responsabilidad, no son fáciles de llevar, que fácil es echarle la culpa a otros de nuestra infelicidad ¿verdad? Sin embargo, mientras vivas a través de la dependencia de terceros, NUNCA llegarás a ser del todo feliz, no controlarás tu mundo y por ende tu felicidad y desarrollo personal.

¡Ponle fecha! Establece una fecha exacta en la que habrás conseguido tu objetivo y, además, fechas intermedias en las que podrás chequear como vas con tu plan. Por ejemplo, si tu objetivo es a 1 año ¿Cómo deberás estar dentro de 3 meses para saber que vas en buen camino? ¿y dentro de 6 meses? Ten claro que la fecha es para marcarte un camino, pero ese camino es del todo flexible, no te agobies con la fecha, si OBJETIVAMENTE requiere un cambio no pasa nada, cámbiala.

Un objetivo debe ser REALISTA y ALCANZABLE. Puedes investigar acerca de personas que han conseguido el mismo objetivo que quieres conseguir tú y poner el foco sobre ellas, esto es aprendizaje a base de modelamiento. De esta manera nunca olvidarás que el objetivo está a tu alcance.

Además, puedes realizar una lista de recursos y talentos que tienes a tu disposición para el cumplimiento de tu objetivo, con ello aumentarás tu autoestima, seguridad y autoconfianza.

En este punto, influye el lenguaje y las palabras que te dices a ti mismo, tus propias comunicaciones internas.

Un ejercicio muy eficaz, es visualizarte muy a menudo cumpliendo el objetivo, alcanzado el éxito. De esta manera lo harás tuyo, lo atraerás y lo tendrás tan presente que todo tu ser y en todo momento estarás ligado a su cumplimiento, aun inconscientemente.

Sin embargo, por mucho que estemos enamoradas de nuestros objetivos, en ocasiones no tenemos el suficiente compromiso con ellos, no logramos mantenerlos en nuestro ajetreado día a día y nos vemos inmersos de nuevo en el plan que no queremos…entonces me pregunté ¿Qué más se puede hacer para lograr un mayor compromiso?

Una mañana a las 8 de la mañana de camino al trabajo ¡la respuesta se hizo consciente! Los hábitos, benditos hábitos que hacen que inconscientemente sigamos un camino casi sin darnos cuenta, casi sin esfuerzo. Muchas veces estos hábitos se vuelven nuestro peor enemigo a la hora de conseguir nuestras metas, imagínate que en tu cerebro hay una autopista bien arregladita y segura y para conseguir tu objetivo tienes que ir por un camino de cabras. Tu cerebro hará todo lo posible para que vayas por la autopista, necesitas mucha fuerza de voluntad para elegir el tortuoso camino. En este panorama la mejor solución es convertir ese camino de cabras en una bonita autopista.

¿Cómo conseguir esto? Me pregunté…

¡Una agenda! Una agenda que lleves todos los días contigo y te recuerde cada día esos objetivos, sueños y metas que tienes en mente, que te ayude a desenchufar el piloto automático que todas tenemos sumidas en nuestra rutina y te ayude a reflexionar, retarte, aprender cada día. Una agenda, un libro, un diario todo en uno en el que cada mes te centres en un área de tu propio desarrollo personal, ya sea la creación de objetivos chulos, aumento de nuestra autoestima y amor propio, gestión de nuestras emociones, captar nuestras excusas y diálogo interno limitante y mucho más!

¡Y esto es algo de lo mucho puedes encontrar y poner en práctica dentro de la Agenda Acciónate 2017! Puedes conocerla un poquito más en www.accionate.es

Ahora que ya tienes más herramientas para transformar tus objetivos, dime, ¿te atreves a ir a por ellos?

Eva de la Coba