Estoy muy harta, en serio. Como muchas de las que hacemos esta página y de nuestras queridas lectoras, llevo toda la vida siendo atacada por distintas críticas de la gente y he llegado a una contundente conclusión: A la gente le JODE verte feliz. Cuando era pequeña y llevaba gafas de culo botella me decían fea en el colegio. Después descubrí las lentillas y que mi cara no estaba tan mal… pero ‘qué pena que tienes los dientes torcidos, deberías arreglártelos’. Después de los brackets empecé a engordar… y ahora el problema es que estoy muy gorda. Nunca vas a gustar a nadie, Cecilia.

¿Estás en una fiesta sonriendo, bailando, bebiendo y pasándolo pipa? Tranquila, que cuando estés en tu punto álgido de felicidad llegará un/a supuesto amigo a decirte lo gorda que estás y que ‘a ver si nos ponemos en forma, amiga, que te has dejado mucho’. ¿Estás en una disco bailando con tus amigos y con un pedo genial de estos que te pone tope divertida? No bajes la guardia, que cuando te des cuenta algún/a subnormal te dirá que hagas como tus amigas delgadas y te pongas a dieta, que eres la gorda del grupo y das asco (SÍ, NOS HA PASADO).

¿Por casualidad te encuentras en tu puesto de trabajo, derrochando profesionalidad y servicio con tu mejor sonrisa? No te confíes; alguna entrará por la puerta y te dirá que eres muy mona de cara para estar tan ‘pasada de peso’. ¿Por alguna extraña alineación de los astros se te ha ocurrido la ABSURDA idea de vestirte como TE SALE DEL JODIDO CHICHI y sentirte guapa? ¡Pero cómo se te ocurre, loca! Que parece que estás embarazada de trillizos ¡y alguien te lo va a comentar cuando te vea paseando por la calle, aunque tú te sientas preciosa!

Estoy muy harta de que esto pase. De que me pase a mí, le pase a mis amigas gordibuenas, de que os pase a vosotras. Y creo que aquí lo que pasa es una de dos:

– O bien todos/as os creéis el doble de David Gandy/una modelo de Victoria’s Secret y os sentís demasiado superiores a nosotras, o bien

Estáis tan llenos de complejos e inseguridades que no concebís la idea de ver a una persona llena de defectos siendo feliz. Es que es impensable: ¡¡¡¿¿Cómo puedes ser tan alegre, sonreír tanto, pasártelo tan bien en la vida, tener tanto éxito en muchas facetas, si eres una gorda???!!! Deberías ir llorando por las esquinas, vistiendo siempre de colores oscuros y con ropa de vieja en vez de llevar esos estampados tan bonitos y los labios rojos.

Deberías estar hundida en la miseria y someterte a dietas malas para tu salud pero rápidas que te quiten rápido esos kilos de grasa asquerosos que inundan tu cuerpo. Porque lo que ellos no saben es que, a lo mejor, haces más ejercicio que ellos y aún así no consigues adelgazar, o tienes un problema que ellos desconocen y por eso has engordado y estás incluso sometiéndote a medicación. Quizás tus analíticas están mucho más perfectas que las de mucha gente delgada o quizá, simplemente, estás gorda porque te encanta comer y no te vale la pena el sufrimiento y el sacrificio de una dieta. Qué más da el motivo. La cuestión es que estás asquerosa y una persona así no puede ir sonriendo por la calle, por el amor de Dior.

Pues yo me niego. Lo siento si mi sonrisa constante, mis ganas y alegría de vivir y mi confianza en mí misma te hacen sentir incómodo/a. Quizá, la próxima vez que me veas deberías ser tú quien desvíe la mirada hacia el suelo, porque yo no pienso agachar mi cabeza por ti.