Nos pasamos la vida poniendo límites a las personas porque no entran dentro del canon irreal de belleza de hoy en día. Porque es mejor que tengas los ojos claros que oscuros, es mejor que te falten dos quilos a que te sobren.A día de hoy si padeces sobrepeso la sociedad te da a entender que tienes que estar agradecida de haber ligado, de que alguien se haya fijado en ti. A día de hoy si padeces sobrepeso no pueden gustarte los chicos (o chicas) guapos porque no puedes aspirar a ellos, para ti no son una opción, una posibilidad. Es más, a ellos tampoco les puedes gustar tú porque si hay una mofa mayor que “un gordo” es que te guste uno. Aquí es donde entran diversas situaciones incómodas:

1. Que esa persona guapa que entra en el canon de belleza pase de ti, porque tiene su estatus social y lo tiene que mantener.
2. Que le gustes pero seas el polvo de emergencia cuando se note el calentón. Por supuesto, polvo de emergencia secreto porque sería muy vergonzoso que se sepa que te estás tirando a una persona gorda. Da igual que las personas tengan sentimientos, el calentón es el calentón y es lo importante y para lo que vale esa persona poco aceptada en su círculo social. No te ofendas, se acuerda de ti cuando quiere marcha y eso es mucho mejor que el respeto y el preguntar cómo estás sólo por saber.
3. Querer estar con ella pero que te dé vergüenza que te vean. No sólo es buscar dónde descargar tensión, también es disfrutar de esa persona pero… EL PERO.

Seguramente la lista puede llegar a ser más extensa de lo que he expuesto, no obstante, seguirá siendo un conjunto de tonterías sin sentido. Gorda o no gorda, independientemente de cómo seas, nadie tiene derecho a decidir lo que puedes tener o no, lo que te puede gustar. Nadie tiene derecho a opinar sobre tu vida, a hacerte sentir vulnerable o miserable, a darte a entender que tienes que conformarte sólo por usar una talla que no entre dentro de la comodidad visual de las personas. ¿Qué tipo de sociedad es esta? Una que da bastante lástima y vergüenza.

Como tienes sobrepeso tienes que conformarte con lo primero que te venga, te guste o no. No puedes tener dónde elegir, ni opciones. No te puede gustar el chico alto rubio, tiene que gustarte el que socialmente sea más aceptable para ti porque guapos con guapos, feos con feos, gordos con gordos, etc. Sí, ya sé que para gustos colores, que lo que a mí me chifla a otro le da asco y viceversa, pero ya sabéis a lo que me refiero.

Creo que valorar a las personas por la cantidad de tela que se haya necesitado para confeccionar sus pantalones apesta. Creo que dar opiniones sin que se hayan pedido es innecesario y síntoma de una inseguridad enorme.

En lo que a mí respecta es cierto que se ha avanzado bastante al cambio y que hay personas increíbles que merecen la pena, sin embargo, es cierto que todo habrá cambiado cuando no sorprenda ver a una tía de la 46 siendo la tía buena de un anuncio, cuando no nos giremos asombrados cuando veamos a un tío delgado con una gorda, cuando “gordo” vuelva a ser un adjetivo y no un insulto, cuando la sociedad vea que la belleza está en esas imperfecciones que nos hacen ser nosotros mismos, y que tal como somos, somos perfectos.

Molly Shining.

En las fotos: la gran Tess Holliday y su chico.