He perdido el interés y la culpa es tuya. He perdido el interés porque tú jamás lo tuviste y ya era hora de que me diera cuenta.

Ya no me interesas porque aparecer solamente cuando te venga bien no está escrito en la reglas de este juego, que al parecer, hasta ahora, solo habías inventado tú.

No merece la pena esforzarme en escribirte mensajes que vas a contestar por compromiso; así no se construye una relación, ni siquiera de amistad. He perdido el interés porque me he dado cuenta de quién eres tú, de quién has elegido ser tú para relacionarte conmigo y ese alguien no me gusta en absoluto.

No me interesa. No me compensa esforzarme en ser la mejor versión de mí misma cuando tú solamente me ofreces la mitad, en ocasiones ni eso.

Tampoco necesito las mentiras que me ofreces y que yo pretendía camuflar como verdades a medias, en qué estaría pensando.

He perdido el interés que un día generaste en mí, aún no sé muy bien cómo ni por qué pero es cierto que existía; que esperaba cada día tu atención, que reclamaba un espacio en tu corazón, que los buenos días contigo me daban fuerza y energía para avanzar y que tus sonrisas camuflaban todos los días grises. Quizá buscaba los resquicios del hombre que podrías llegar a ser imaginando que algún día te mostrarías así para mí. Pero el esfuerzo no merece la pena.

Quizá no sea yo la que ha perdido el interés, sino mi autoestima, la que me grita cada día que este no es el amor que me merezco, que las caricias a destiempo no me vienen bien y que los besos que solo buscan calor independientemente de los labios que los den tampoco van conmigo. ¡Qué narices! Somos las dos, mi autoestima y yo. Por fin nos hemos dado cuenta de que querer a medias no es justo y que no vale cualquier cosa aunque sea mejor que nada. De qué poco sirve el conformismo. Esta vez elijo que me quieran los miércoles por la mañana, los domingos después de comer y hasta los fatídicos lunes. 24/7 si no es así, ni lo intentes.

No vengas cuando te entren ganas, no me busques cuando te sientas solo; no voy a estar.

Supongo que yo también podría cambiar y volver a interesarme por ti, pero en todo este tiempo me has enseñado que la gente solamente cambia cuando se implica en aquello que le importa, en aquello que ama. ¡Qué sabia lección, cuánto tiempo me habría ahorrado si hubiese estado más atenta a las señales¡ ¿Verdad?

Ya no vamos a perder más tiempo, ni tú ni yo; ni mi autoestima.

Imagen de portada: Paula Fernández by Beatriz Emperatriz