Seguramente os ha pasado que tenéis muchas ganas de ir, ver o hacer algo pero no coincidís con nadie y os quedáis con las ganas por no ir solos. A mí eso me pasa continuamente con respecto al cine. Mis gustos cinéfilos y horarios no coinciden con los de la mayoría de mis amigos. Esto es un problema, un gran problema, sobre todo porque te consuelas pensando: “No pasa nada. Ya la veré o encontraré a alguien” Y no, esto no pasa. Normalmente eres tú la que te quedas con las ganas y te pones de malhumor por tener que depender de los demás para hacer cosas.

Por eso decidí poner un punto final con un: “Hasta aquí”. Porque depender de los demás siempre es un estorbo y acabas molesta con media humanidad. Así que decidí ir sola al cine cuando no encontrase a nadie con quien ir (y tampoco me iba a molestar mucho en buscarlo, porque ya sabes, entre que te dicen que sí y luego te ponen pegas con los horarios o te dejan tirada a última hora se pierde tiempo). Esto era impensable para mí hace relativamente poco. Porque admitámoslo vivimos en una sociedad en la que nos gusta aparentar, el postureo y nos gusta que siempre nos vean acompañados para que no piensen de nosotros que somos unos tipos raros. Aunque no les conozcamos, ni supuestamente nos importe su opinión. O, incluso, porque no nos gusta sentirnos solos, aunque no lo estemos.

Al principio es raro e incluso te da un poco de vergüenza pedir solo una entrada y piensas que te van a mirar con cara de: “Qué tía más rara”. Pero para mi sorpresa, en cuanto pides la entrada, te da igual. Te da exactamente igual lo que piensen. Estás haciendo lo que te apetece hacer.

El otro día leí un artículo que decía que si realmente supiésemos la cantidad de tiempo que los demás piensan en nosotros y en lo que hacemos y viésemos lo insignificante que es, nos atreveríamos a hacer las cosas que realmente queremos hacer. Que no nos preocuparía para nada lo que pensasen de nosotros.

Vivimos más preocupados de lo que piensa el de al lado que de hacer lo que nosotros queremos y esto es un error. Al fin y al cabo esta es nuestra vida, y lo que nos apetezca hacer con ella únicamente debe estar basado en lo que nosotros queramos y no en lo que los demás piensen.

Quizá ir al cine sola es una nimiedad comparado con otras cosas. Pero conozco a muchísima gente que no se atreve por inseguridades y por lo que puede significar ir solo a un sitio. Y en realidad es una tontería. Realmente cuando tú vas al cine, por ejemplo, no te fijas en quién entra en la sala y con quién va. Y cuando lo empiezas a hacer te das cuenta de la cantidad de gente que va sola y no piensas absolutamente nada de ellos.

Puede ser que también dé pereza ir solo o que tampoco tengas tantas ganas y sería entendible. Pero si de verdad te apetece hacer algo, en este caso cine pero es aplicable a más casos, y no lo haces porque no encuentras a nadie con quién hacerlo…créeme el único que pierdes eres tú.

No depender de nadie para ir a los sitios o llevar a cabo tus hobbies es uno de los primeros pasos para quererse y confiar en uno mismo. Así que os recomiendo a todos que hagáis aquello que os gusta pero no lo hacéis porque no encontráis con quién hacerlo. Y que lo hagáis por vosotros.

Laura Alfaro