Es más que posible que sepas que la gordofobia sigue campando por sus respetos a todos los niveles. Lo que no nos parece apropiado es que Natcurvylicious, una chica joven de Madrid que usa este nombre en Instagram, haya sido obligada, en apenas un mes y medio, a cerrar su canal de Youtube y haya sufrido la censura de Instagram por lo que ahora os cuento.
La joven apuesta por lucir sus encantos sin complejo alguno, que de es de lo que se trata, y siempre con mucha simpatía. Tras llevar cierto tiempo en Instagram, red social donde cuenta con más de cincuenta y tres mil seguidores, decidió abrir un canal de Youtube para comentar sus trucos de belleza, el tipo de ropa que usa e ideas similares.
Tras su primer vídeo recibió millares de visitas e incluso la despiadada crítica de un “usuario” que valiéndose del anonimato llamó, y sigue llamando ya que el vídeo sigue en la red, a la antedicha “menopaúsica”, cuando apenas supera los veinte año de edad, “gorda”, “ridícula” y lindezas similares. Los seguidores de Natalia, que así se llama la joven, optaron por denunciar tanto este vídeo como el acoso al que este sujeto le sometía a través de sus comentarios en la citada red.
Pues bien, Natcurvylicious decide cerrar su canal de Youtube completamente desolada pero sigue con su perfil habitual. Desde hace semanas sufre suplantación de personalidad por parte de otro perfil que ha sido denunciado por este motivo. Poco antes de Navidad subió una foto que sus haters denunciaron por “inapropiada” y la joven fue víctima de la censura una vez más.
Lo mejor de todo es que ella sigue adelante a pesar de tener que leer o las burradas de los salidos de turno o comentarios como “es una cerda puesta de pie”. La pregunta es ¿Hasta cuándo? ¿Por qué una chica así tiene que sufrir la censura de una red social? ¿Por qué tanta impunidad por parte de los comentan de la forma expuesta sus fotos? ¿Por qué la sociedad sigue pasando por alto este tipo de situaciones? Esperamos que alguien nos ofrezca una respuesta a todas estas preguntas. Deseamos que Natalia siga adelante en su titánica labor de fotografiarse como le da la gana. De ella y de otras muchas depende que las cosas avancen
