Para algunas personas es más fácil hablar de sí mismas en tercera persona pero no, esta soy yo, esta es mi historia y vais a tenerme como protagonista y yo os tendré como parte de un público al que quiero contarle por qué soy quién soy.

Mi nombre no es importante, quizá mi complexión o altura, sí, a mis X años todo eso está y ha estado rodeado de complejos. Bajita, rechoncha, tetona, con estrías y la nariz partida por una canasta, a eso le sumamos el carácter, no soy la chica más dulce de esta habitación, aunque estoy sola y no quedaría otra.

En medio de una familia desestructurada, como otras muchas en la actualidad, me pregunto si algún día se harán películas, libros o series que hablen de esta situación personal, política, económica, caótica y a la deriva. Estaría bien darle forma a ello, padre que os abandona entre las deudas, madre que apenas se sostiene en pie porque la depresión y otras tantas cargas no le dejan, todo a nuestro alcance pero no lo esencial para ser felices… Esa es la historia que contaran de muchos.

Yo, personalmente, estoy hecha de historias, historias y vivencias. ¿Cuántas veces me he ido de casa a otros países en busca de mi lugar y he vuelto a los cuatro meses con la cabeza agachada? Mmmm, no puedo ni contarlas. Pero todos y cada uno de esos días, largos y cortos de mi vida me han traído aquí, a la nada, a la reflexión, y curiosamente mientras escribo tengo un espejo delante, esa soy yo, con cosas que no me gustan y cosas que sí. Quizá lo que no me gusta se ve agravado por esta realidad que vivimos en la que nos rodean chicas perfectas con fotos increíbles y te paras a pensar “ni soy esa chica, ni nadie me hace ese tipo de fotos”. Quizá por eso no tengo pareja, ah no, espera, si yo me quiero, no necesito a otro imbécil que me diga que soy una chica del montón.

Sí, es un pensamiento tóxico, pero para que venga esa paz interior tiene que existir algo que nos afecte un poquito. El amor ha sido un desastre, mi familia más de lo mismo, tantos años de estudios para acabar siendo “ni-ni” y trabajar de camarera por tres euros…y entonces, sonríes, porque estás viva, porque formas parte de muchas vidas, incluso de aquellas que tú ya no quieres en la tuya (por traición, aburrimiento, falta de complicidad, etc.), eres tú, y, ¿ves esa cicatriz? Es tuya, ¿ese pelo rebelde en las cejas? Aprende a quererlo, ¿ese manojo de estrías? Oh, por favor, el chico que te gusta también tiene.

Somos seres humanos, con más virtudes que defectos, ¿cuáles son tus defectos? ¿no lo estás confundiendo con complejos? Ser testaruda, tener kilos por encima de lo que te dice la báscula, medir una altura distinta y otra serie de cosas no son defectos. Los defectos van unidos a la mentalidad que defiende la violencia, el sufrimiento del otro para nuestro propio bienestar, y otra serie de cosas que vemos con tan solo poner las noticias en nuestro país.

f5cef2a076fcb4135dfe0d4e2bc7a96a

Así es cómo me conocí, recopilando los factores negativos de cada persona que conocía o se cruzaba en mi camino, desterrándolos de mi vida, buscándole el lado positivo a lo que tengo porque es con lo que viviré el resto de mi vida y porque no puedo encontrar el amor en otra persona si yo no me quiero tanto, tanto, tanto, que rebose ese sentimiento para que alguien se empache de él.

Quiérete, quiérete mucho.

Maria José Mesa.