Si estás soltera y has superado la barrera de los 30, estas son las 10 cosas que probablemente estarás harta de escuchar:

1. PERO… ¿POR QUÉ NO TIENES PAREJA?
Ugh. Casados del mundo, oíd la buena nueva:  Las chicas solteras de 30 no nos sentimos solas, no somos infelices y no nos sentamos en la ducha en posición fetal cantando «All by myself» a todo volumen. Al menos la mayoría, no. Si no tengo pareja es sencillamente porque no, y no soy un humano defectuoso y problemático por ello. Soy un humano defectuoso y problemático por muchos otros motivos pero por falta de macho, no. 

2. PERO SI TÚ ERES TAN [inserte aquí adjetivo molón], ¿CÓMO ES QUE ESTÁS SOLTERA? 
Felicidades, acaba usted de oír una de las frases con más rating en oídos solteros. Los traductores más renombrados del mundo la interpretan así: «¿Cómo es que estás soltera si tú eres tan [adjetivo molón]? La gente [adjetivo molón] tiene que estar emparejadísima, y si no lo está, eso sólo puede significar que en realidad no es tan [adjetivo molón] sino más bien una monstruosa extraterrestre come-ratas poco merecedora de estar a menos de 30 metros de un pene erecto.» Imagino que no habéis querido decir eso, pero ASÍ SE OYE, OIGA.

3. ¿NO SERÁ QUE ERES MUY EXIGENTE?
Hombre, un poco, sí. Soy muy exigente con el solomillo que se sirve en mi plato (con el que tengo una preciosa relación de quince minutos) como para no serlo con un humano con quien tendría una relación (se supone) más larga. Y lo que es más importante: mi mamá me enseño a no irle diciendo cosas feas a la gente. Tengo que hablar seriamente con tu mamá. 

4. OYE, YO TENGO UN AMIGO QUE CONOCIÓ A SU PAREJA EN [inserte aquí el sitio de moda de online dating].
Y yo tengo un amigo capaz de meterse 57 Doritos en la boca y tan pancho. No tiene ningún impacto en mi vida, y tu amigo que conoció a su novia online, tampoco. Además, he descubierto que el porcentaje de buenas/malas citas con gente que conoces online es exactamente el mismo que con gente que conoces en la vida real. Es un lugar más para encontrarte con los zopencos de siempre.

5. ¿Y QUÉ PASÓ CON  [inserte nombre de ex aquí]
Pues lo típico: nos casamos por el rito respiratoriano montados en sendos unicornios. ¿Qué se te ocurre que pasó, hijo mío?

6. NO TE PREOCUPES… ENCONTRARÁS A ALGUIEN CUANDO MENOS TE LO ESPERES.
Número uno: Perdón, ¿se me ha perdido algo? ¿Qué es lo que hay que encontrar? ¿Where’s Wally?
Número dos: Según mi diccionario, «Cuando menos me lo espere» es una de esas mañanas estreñidas en la que, literalmente, me gustaría cagarme en medio planeta. Y señores, en esos momentos no quiero conocer a nadie.

7. EL DESTINO TE TIENE GUARDADO ALGO MUY BUENO.
Es una verdad irrefutable: casi todos mis amigos casados tienen en su poder la espada del augurio y pueden ver más allá de lo evidente, como los Thundercats.  Hablando en serio: Sí, la mitad de las cosas que me pasan son fruto de la casualidad, y desde que lo sé, procuro no felicitarme ni castigarme mucho por lo bueno que me pasa o me deja de pasar. Sin embargo, tengo también muy claro que no puedo trasladar la responsabilidad de mi vida al destino/dios/comoloquierasllamar.  #hombreya

8. ¿PERO NO TE SIENTES SOLA?
No me pongo el vestido rojo porque soy incapaz de subirme sola la cremallera y a veces temo con esta torpeza que tengo— tropezar en el baño, romperme el cuello y que me encuentren muerta y en pelotas a las dos semanas. Es bonito tener a alguien que te quiera y se preocupe por ti, pero entre el trabajo, mis muchos hobbies, mi familia, las clases, los amigos y el ocasional desmayo después de una buena borrachera de la que no tengo que rendirle cuentas a nadie no me da la vida para sentirme sola.

9. ¿NO PIENSAS TENER HIJOS? 
A pesar de que mi Facebook me recuerda constantemente de que todo el mundo tiene hijos menos yo, el instinto maternal no me ha tocado a la puerta.  La realidad es que los únicos niños que me gustan son aquellos con los que comparto mi código genético, y en parte me gustan porque los puedo devolver. Cuando digo esto la gente piensa que hay algo verdaderamente mal conmigo por tener 34 y no tener (o saber si quiero) hijos. Quién sabe:  quizá si haya algo mal conmigo. Vengo con tara de fábrica y estoy equivocada en cuanto a la vida, sin remedio ni solución. Para compensarlo, vivo sola en el centro de Madrid en un piso de dos habitaciones donde la segunda habita es un jodido WALK-IN CLOSET. #priceless

10. PERO, ¿NO TIENES NINGÚN AMIGUITO POR AHÍ?
Pues sí. Tengo mis amiguitos. Varios, en realidad. No sé coser ni sé bordar, pero sí que sé abrir la puerta para jugar.

Señoras y señores: Mi vida no es una democracia.