Todos queremos ser felices. Me he auto saboteado por culpa de mis miedos e inseguridades durante demasiado tiempo para tenerlo tan claro. Pero se acabó. No lo soporto más. He tomado una decisión que no ha sido sencilla (a veces son demasiados los factores que parecen ponerse en tu contra), pero lo he conseguido.

He decidido que voy a ser feliz.

Hace cerca de un mes que di el primer paso adelante, el que más cuesta de todos, y mi experiencia podría sintetizarse en cinco fenómenos (¿A quién no le gustan los top 5?)

Esto es lo que ocurre (al menos, en mi caso) cuando decides ser feliz.

  • La gente te sorprenderá

Recibirás apoyos inesperados (aunque suene a galletita de la suerte) ¿Quién iba a decir que gente con la que tienes tan poco en común te comprenderá tan bien? Para empezar a ser feliz es preciso que abras tu corazón (perdonadme el momento cursi), que aprendas  a perdonarte a ti mismo y a los demás (¿Esto qué es, la catequesis?). Como resultado tu círculo social comenzará a expandirse como por arte de magia incluyendo a personas con las que jamás habrías creído que ibas a conectar.

Pero ¡Aja! No todo podía ser tan bonito. Habrá quien te sorprenderá para mal. Lo que me lleva al punto número dos.

  • Hay a personas a las que la felicidad ajena les molesta y ofende

Y curiosamente, no siempre son “tus enemigos “ (“enemigos”, entre comillas, porque no eres Batman y en general a la gente con la que no te llevas bien le importa un pimiento lo que hagas). No me preguntéis el motivo, porque no he preguntado, solo sé que habrá quien te suelte perlas pasivo agresivas como “Últimamente estás muy rara” o “No sé qué te ha pasado, tú antes no eras así”. ES CIERTO. ANTES NO ERA ASÍ. ERA UNA DESGRACIADA. GRACIAS POR NOTARLO. BESIS DE FRESIS. A veces tiene solución y se arregla con un café y una charla sincera, otras irá a peor cuanto más intentes explicarte.

source

  • Tendrás que recordarte cada día la decisión que has tomado.

Esto es como cuando te apuntas al gimnasio. Vas a tener que lidiar con la tentación de tirarte en el sofá y no mover un músculo. En este caso habrá momentos en los que el pesimismo, las hormonas y los días tontos intentarán hacerte caer de nuevo en los malos hábitos. No me malinterpretéis,  en ocasiones, hay que sentirse triste y no hay nada de malo porque forma parte de la vida, pero hay que ponerse de nuevo en pie y seguir luchando por nuestra felicidad

Nota: no pasa nada si eres un poco más autoindulgente de lo recomendable mientras te recuperas. Míralo así, estás en fase capulla para convertirte en mariposa.

  • Ser feliz requiere ser valiente

En ocasiones lo cómodo lleva aparejada una dosis tolerable de infelicidad. No me voy a poner a prodigar las ventajas de salir de la zona de confort, porque para muchas personas no será del todo cierto. A lo que me refiero es a “conformarse”, a aceptar una vida que sientes que no es la tuya solo porque has ido a parar a ella.

No queda otra que empezar a cambiarla, pasito a pasito (tampoco se trata de volverse loca, hay que hacer las cosas con cabeza, MANTENED LA CALMA), en la dirección correcta. A veces es preciso un cambio radical ¿Acojona? Pues claro. Yo estoy cagada, pero, ¿Qué es peor?, ¿quedarte sin lo que quieres de la vida por no intentarlo o pasar susto un ratito?

Ya os lo he avisado, no es fácil, pero merece la pena.

giphy (2)

  • Puede que descubras que no eres la persona que creías ser.

O el “momento epifanía”, que se producirá cuando estés a punto de conseguirlo, a punto de poder decir que eres feliz, o que al menos, lo intentas. Ahora que tienes la mente más clara, libre de complejos absurdos que te bloquean y de miedos que has superado o estás empezando a superar, es posible que te mires a ti misma y te percates de que eres más tú de lo que habías sido nunca.

Y resulta que ese tú no es como creías.

Esta parte es mi preferida de todas del proceso porque es como enamorarse, pero de una misma. Tienes que volver a conocerte, es emocionante y descubrirás facetas maravillosas de ti como que en el fondo te encanta bailar (ahora que te da más igual lo que piensen los demás ) o que las blusas nude, esas que nunca creíste que fueran de tu estilo, te quedan de lujo.

Te ha costado mucho llegar hasta aquí, así que, disfruta.

giphy (3)

Raquel B.