Martes del mes de mayo.
Aquí en Asturias pasa una cosa la mar de entretenida, cuando llega la primavera y vemos unos pequeños rayos de sol se produce en nosotros el efecto lagartija y rápidamente corremos a destaparnos, mostrando nuestras carnes peludas y temblorosas, no vaya a ser que no volvamos a ver el sol en 5 meses. Cosa probable.
Por lo que el transporte urbano se abarrota de una especie de dislexia ropera y podemos encontrar a algún desconfiado del Gran Astro, que se niega a quitarse el abrigo y el gorro, sentado junto al pasajero Indiana Jones de pantalones cortos y camiseta de algodón y por supuesto, el viajero mix que es un híbrido de bufanda con shorts y botas. Todo ello con aforo máximo de 60 personas y por un 1.25€ .
Pues bien, un día de esos, me encontraba yo en mi asiento intentando sobrevivir al ataque de Morfeo para no pasarme de parada.. cuando de repente siento unos murmullos y codazos y observo como van dirigidos hacia a una chica gorda que llevaba unos shorts vaqueros.
Ya os podéis imaginar la de expertos en nutrición y moda que surgen como champiñones ante estas situaciones y que, además, deleitan al personal con un sin fin de comentarios a cada cual más hiriente y absurdo.
No es para ella. No es sano. Debería de taparse. No saldría así de casa.
Y yo que soy de mucho pensar, aunque a veces no acierte, he llegado a la conclusión que lo que de verdad jode no es el short, no son los muslos oscuros de tanto roce, ni la lorza de debajo de la nalga.
Lo que de verdad jode son los cojones de esta chica para desafiar los cánones impuestos. Lo que jode es que esta chica salió de casa mostrando su cuerpo y aún así se vio bonita, porque de hecho lo es.
Porque jode y rejode ver a alguien hacer algo que nosotros no nos atrevemos a hacer.
Porque cuando vivimos en el lado del miedo el valiente siempre nos parece un loco.
Querida amiga del transporte público, hoy tus muslos rozando son belleza curvilínea y sinceridad en movimiento. Has desafiado al mundo siendo tú misma. No te has vestido con un toldo de yaya de rulos, no te has escondido en el fondo del asiento, ni siquiera agachaste la cabeza; y en estos tiempos, amarse a uno mismo y demostrarlo en público es enfrentarse a este sistema y por eso te digo
GRACIAS
Y OLE
