¡Ojú, que caló!

Si empiezo el post diciendo que está haciendo un calor insoportable, seguro que pensáis: ¡qué original, no nos habíamos dado cuenta! Pero no, tranquilidad que no hablaré de lo obvio… Sólo quiero deciros, que el calor con niños es muuuuucho peorrrrr.

Me encanta escuchar las conversaciones invernales en el parque, en las que las madres piden por favor que llegue el calor, ¿están locas? ¡Hace 40 grados y no puedo bajar ni a comprar el pan!

Nos levantamos medio sofocadas las tres y a golpe de ventilador conseguimos desayunar y ponernos en marcha, pero… ¿dónde vamos con este calor?

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Ya, ya… en la piscina es donde mejor se está, lo sé, estoy arrugada de tanta agua este verano, pero resulta que una tiene que hacer la compra, recados y matar el tiempo con dos fierecillas indomables… Así que, ya me veis preparando a la tropa como si fuésemos al desierto del Gobi, para bajar al chino más cercano a por unas perchas.

La tarea es ardua… Gotas de sudor, mamá quiero agua, mamá aúpa, mamá, ¿me vas a comprar un juguete?, mama ¿nos queda mucho?… (¡Pu…s perchas de las narices!, ya volveré a por ellas en diciembre).

Y pasamos al plan B. Voy al súper que aunque no hay perchas se está fresquito…  Ya no sabemos ni que comprar para estar ahí, al cobijo del aire acondicionado… Pero llega la hora, y toca volver a casa a preparar la comida en mi cocina, que parece la del mismísimo satán…

Y a media tarde sí, a la piscina, ¡qué bien!, qué fresquita está el agua… ¡Ah no! Que solo le faltan los fideos para parecer un buen cocido (los garbancitos ya estamos metidos dentro)… Pero antes del remojón, no nos olvidemos de lo importante, una no va sola a tumbarse y leer un libro, una va a la pisci a que las peques se refresquen y se diviertan, pero…

  • Mamá vamos a la grande.
  • Noooo mamá, a la pequeña.
  • ¡Que no!, que yo me quiero tirar a lo hondo.
  • Jooo que a mí me da miedo…
  • ¡Como sigáis así nos vamos a ir, pero a casa! (¡¡¡Ohm, amenaza incorrecta!!!!  por favor que paren ya, que a casa no quiero volver hasta que nos echen de aquí. Que además esta noche me toca plancha… ¡y no tengo perchas!)

Autor: Elisa Moreno