Tengo 26 años y no sé cuánto peso. Ni me importa.
Hasta hace unos años viví acomplejada por mi peso. Me odiaba a mí misma. Me sentía gorda, no porque lo estuviera (porque ni pizca lo estaba) sino porque me lo llamaban en el instituto y a día de hoy me gustaría coger por el cuello a las que lo hacían y darles de leches. Y os cuento más. Desde que tengo uso de razón, he tenido una vida más que dura. ¿Cuánto? Pues veréis, yo con 13 años (cuando empezaron a llamarme gorda), en realidad estaba desnutrida porque no tenía para comer. Y no es una exageración. Muchos días sólo hacía una comida al día que consistía en un bocadillo. Hasta los 20 años no empecé a desayunar y merendar. Hasta los 25 no empecé a desayunar todos los días (por lo de la costumbre y la presión social).
¿Por qué me llamaban entonces gorda? La verdad es que no lo sé. Sólo recuerdo la cantidad de profesoras que hablaron conmigo preocupadas por una posible anorexia, las cuales se quedaban más preocupadas cuando les decía que yo “sí comía” y que se notaba porque estaba gorda. Y resulta que sí, era anoréxica pero no por decisión propia. ¿Creéis que alguien me creía? ¿Que en tiempos de precrisis alguien pudiese entender que una chica que parecía medio normal estuviese pasando hambre en casa? ¿Que muchos días los pasase a oscuras porque le habían cortado la luz? A todo el mundo se la pelaba. Unos me llamaban “esqueleto”, “tabla de planchar”, se metían conmigo por no tener tetas (si era huesos, ¿qué iba a tener?) mientras otras me decían “gorda”. Gorda. No comía y me decían gorda. Era una niña pobre y me llamaban gorda. Y yo me lo creía. Siempre me he tenido como una persona inteligente pero al final me lo creí, no sé por qué. Y me odiaba, no me gustaba ponerme faldas, no quería ir a la playa o la piscina. Y me veía gorda, sí. Pero nunca llegué a dejar de comer o a vomitar porque sabía que si rechazaba mi bocadillo me iba a morir. De hecho casi no podía hacer nada por culpa de mi mala alimentación.
El instituto acabó y casi acabó conmigo. El último año sufrí un cambio que me hizo creer en mí misma. Engordé un poco, mi madre empezó a preocuparse por su vida y por mí y buscó trabajo. Ya podía tener dos comidas al día y algunas veces no eran bocadillos. Tenía un cuerpazo, que mal está que lo diga pero así era. Me permitía hacer algo de ejercicio (sin morir como antes), salía con mis amigos, empecé a bailar, a ponerme faldas, a ir a la piscina… ¿y qué me trajo esto? Que me llamasen fresca. Y gorda otra vez. Recuerdo con ternura cómo mi fotolog (ojo) estaba lleno siempre de comentarios en los que me llamaban puta, golfa, gorda y me decían que cómo podía atreverme a ir con falda o shorts con mi culo. En fin. Ahí entré en la fase de querer suicidarme. Dicho ahora me daría de hostias, pero cuando con 18 años ya has tenido una vida de mierda y sientes que todo el mundo está contra ti y que eres una mierda pues ya tal.
Terminé el instituto y empecé a trabajar, empecé a llevar dinero a casa y por fin comía comida caliente todos los días. ¿Y qué pasó? Que empecé a engordar de verdad. Tuve una jefa que era la mayor bastarda de la historia y que me hizo la vida imposible. Caí en una depresión (venga ahí, con 19 años) y lo único que me aliviaba era la comida y el alcohol. Engordé muchísimo y a un nivel preocupante porque fue muy rápido y casi que no podía ni subir un primero sin ascensor sin echar la papilla. Dejé ese trabajo y empecé a darle forma a mi vida a mi manera.
Encontré otro trabajo en el que otra vez mi físico era la comidilla (en mi cara además). Mi forma de vestir, mi peso cambiante, mi pelo, todo. Pero llegó un punto en el que me planté. Estaba hasta las pelotas de todo el mundo y decidí que era mi vida y mi cuerpo y nunca más iba a dejar que me afectase lo que la gente dijese de mí.
Hoy no sé cuánto peso. Pero cada vez que alguien me pregunta si no me gustaría adelgazar un poco les digo que yo ya estuve delgada una vez, muy delgada y por pasar hambre. Y no voy a pasar hambre de nuevo en mi vida y mucho menos por decisión propia.
Por favor, si tú que estás leyendo esto estás en ese punto de “estaré gorda, estaré delgada…” preocúpate sólo de estar sana. Peses lo que peses, que no te falte de nada, que puedas hacer lo que quieras hacer con tu vida.
Muchas gracias por la web. Es una gran ayuda.
