¿Habéis leído ya el post de Perradesatán en el que nos cuenta su experiencia tras una semana completamente maquillada? Se van a cagar de la risa, sin duda. En su caso, es una de esas chicas que no usa jamás maquillaje porque se siente perfectamente sin él y, de hecho, sólo se maquilla si es estrictamente necesario, pero si puede evitarlo, mejor. Perradesatán y yo somos iguales en el hecho de que estamos gordas y nos encanta comer pollas, pero en esto, señores, somos polos completamente opuestos.

El maquillaje es una de las pasiones de mi vida. Tengo una colección que llevo años acumulando cuidadosamente y que no gastaré jamás ni en tres vidas. Yo antes, de adolescente hasta los 20, no me ponía ni máscara de pestañas ni nada, era la típica tía mega pasota a la que lo que menos le interesaba era el maquillaje. Tampoco conocía las maravillas de la plancha del pelo ni salía de los chándales oversize, pero oye, ¡que todos tenemos un pasado! Pero entonces comencé a trabajar en el mundo de la cosmética y la perfumería y me picó el gusanillo. Además descubrí que no se me daba ni tan mal y, con los años he hecho de ello parte de mi profesión.

El maquillaje es algo maravilloso: es una forma de expresar nuestra creatividad, de expresarnos a nosotros mismos, de sacar partido a las cualidades con la que nos dotó la naturaleza y que, de otra forma, no resaltarían tanto. Pero cuando llevas TANTOS años maquillándote a diario, y hablo de maquillajes completos: base, corrector, polvos, iluminador, contorno, colorete, sombras, eyeliner, máscara y labial, todos los días. La gente me pregunta por mi maquillaje, por los productos que llevo, es decir, estamos hablando de una auténtica adicta al make-up. Así que este reto, señores, ha sido MUY DURO. Aquí les cuento mis 7 días de tortura sin maquillar:

DÍA 1:

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Me lío la toalla/manta a la cabeza y vamos allá con el día 1.

Si les digo que una de las partes favoritas de mi día a día es el momento de sentarme en mi precioso tocador, frente a mis amigos Nars, Bobbi, Mac, Urban Decay, Too Faced, etc., ponerme musiquita y volverme loca de amor aplicando productos en mi cara y en mis ojos… ¿quedo de muy loca? Pues así soy yo, como dice Paquirrín, y me encanta. Así que ya, por el simple hecho de privarme de eso, me siento fatal, me falta algo, y me pone de muy mal humor.

Salgo de mi casa y voy directa al trabajo. Cuando aparezco en la farmacia estos son los comentarios que recibo: ‘¿Estás enferma? ¿Has estado llorando?’. Ganas no me faltan, desde luego.

DÍA 2:

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Ojo a mi cara de circunstancia. El uniforme no está feo.

Que un día aparezca por ahí sin maquillar vale, ¿pero dos? Mis compañeros han empezado a flipar. ‘Tía es que estás rarísima, por Dios, échate algo en esa cara, ¡la raya aunque sea!’. Y de los clientes ya ni hablamos. Trabajo cara al público y la gente me identifica siempre por mi maquillaje. Muchas clientas me comentan que estoy rarísima así, que me maquille un poco. Me siento horrible, feísima. Yo no tengo granos ni los he tenido nunca pero sí tengo muchas rojeces y me veo la piel fatal. Sin mi base y mi corrector me siento desnuda y terrorífica. Yo sí es para comprar el pan y sacar a la perra, pues mira, sin maquillar que voy y estupendamente. Pero ir a currar así ya es otra cosa.

DÍA 3:

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Pues es lo que hay, jódanse.

Me cuesta mucho estar sacándome fotos porque me veo horrible, y encima el repartidor me ha preguntado que si estoy enferma. Eso sí, mi novio está encantado. Para él estoy guapa siempre, sin maquillar, con las gafas de culo botella, el pijama de ositos y de cualquier forma, porque eso es el amor, chicas. Eso sí, me gusta la sensación de poder restregarme los ojos cuando me pican sin tener nada de cuidado, de poder tocarme la cara todo lo que quiera, de poder echarme agua directamente si necesito despertarme a media tarde para seguir la jornada. Son cosas que la gente normal hace pero yo nunca puedo hacer, porque paso de estropear mi maquillaje.

DÍA 4:

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Hoy al menos me he peinado.

La gente me dice que ya se ha acostumbrado a verme así, así que ya no me instigan para que me maquille. Los clientes sí que siguen flipando bastante, y muchas, especialmente las mujeres, siguen insistiéndome en el tema. He tenido que decirles que me salió una alergia en la piel y así dejan de preguntarme. Las chicas de WeLoverSize siempre tienen comentarios llenos de amor y me dicen que me ven guapa. Perra de Satán dice que me comería las tetas con o sin maquillaje y Betty también dice que estoy divina y que le gusto más así. Son tan cuquis <3

DÍA 5:

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Tengo cara de cansada y ojos tristes. ¡Esto es lo que hace el ‘no make-up look’!

Casualmente esta semana no he quedado con amigos y este finde no creo que hagamos nada, y yo casi que lo agradezco porque no me gustaría tener algún tipo de fiesta o evento y tener que aparecer con la cara lavada. Me alegro de que esté siento una semana aburrida del trabajo a casa y de casa al trabajo, y poco más. Eso es un poco triste, ¿no? Mi autoestima está por los suelos. Me veo muy fea, como cansada, y entiendo que la gente piense que estoy enferma.

DÍA 6:

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A veces salgo bizca en las fotos, como si ir sin maquillar no fuese ya suficiente tortura.

Creo que me veo la piel un poco mejor, o quizá es que me he acostumbrado ya a verme así y no me afecta tanto. Mi rutina de cuidados faciales sí que ha seguido como siempre toda la semana, pero al poder tocarme la cara todo lo que quiero y al no estar cubierta de maquillaje me doy cuenta de si está suave o no, si necesito cambiar de crema, si me pide a gritos una mascarilla… creo que esto es bastante positivo, unos días de descanso para mi piel.

DÍA 7:

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Hoy no me pienso ni quitar la bata, ya sé que es un poco trampa pero… ¡no tengo planes fuera de casa!

¡Por fin acaba esta tortura! Estoy deseando maquillarme de nuevo, y ya tengo muchos looks en mente para la próxima semana. Además, como es domingo, no tengo tanta necesidad de maquillarme, estoy más cómoda que el resto de los días.

CONCLUSIONES:

  • Sin maquillaje me veo triste, cansada, con la piel mal… Sin duda no sólo es que me gusta maquillarme, sino que parece que lo necesito para sentirme mejor. No me gusta cómo me siento cuando estoy sin maquillar.
  • Según iban pasando los días, me iba acostumbrando a estar así, pero reconozco que no me gusta nada.
  • Es muy cómodo ir con la cara lavada, así que entiendo perfectamente a las que no se maquillan nunca, pero para mí, lo que me hace sentir incómoda es ir sin maquillar.
  • Lo peor ya no es cómo me siento yo, sino cómo me hacen sentir los demás. Los continuos comentarios negativos y esa relación enfermedad-ausencia de maquillaje. Entiendo que la gente está acostumbrada a verme con mi full-face, pero ¿realmente parezco enferma?
  • También es cierta una cosa: La gente se acostumbra a todo. Mi conclusión definitiva es que tenemos que ir como nos apetezca ir, siempre, porque al final la gente se acostumbra a verte y si tú te sientes cómoda con o sin maquillaje, esa comodidad se transmite a los demás.
  • Sin duda ir maquillada es una de las cosas que me hace sentir mejor conmigo misma y que me suben el autoestima y el ánimo. Si me veo guapa, me animo más a hacer cosas en general.
  • Lo mejor, sin duda, ha sido mi chico diciéndome toda la semana que para él estoy perfecta sin maquillar <3 Y esa es la opinión que más me importa de todas, después de la mía propia. ¿Qué mas da lo que diga el repartidor? No dejemos que la opinión de los demás nos afecte tanto o, al menos, seleccionemos las opiniones que realmente son importantes y relevantes.