Este 2017 “celebro”, sí “celebro” entre comillas, el décimo aniversario desde que sufrí acoso escolar.

Y vosotras y vosotros que no me conocéis os preguntaréis ¿por qué celebras? Si sabemos que algo así no es motivo de celebración.

Pues celebro por un simple motivo, porque he conseguido superar todo lo que en su día significó para mí el acoso de lo que en su momento consideraba mi grupo de amig@s.

No os creáis que pasar por algo así fue fácil, para nada… Un día de repente, sin explicación ni motivo, te encuentras con un grupo de más de 10 personas que han decidido porque sí que es momento de insultarte, de decirte lo que no les gusta de ti, de llamarte gorda, vaca, rara, etc., de seguirte por las calles de tu barrio, de hacer turnos en el portal de tu casa para reírse a carcajada limpia cuando salías por la puerta cabizbaja, de acosarte por MSN y conseguir hackear tu correo electrónico (que por aquel entonces era lo único que teníamos en internet) de todas esas cosas que en su momento fueron capaces de destrozar la vida de una niña feliz y frágil, de llevarla hasta el límite de sus fuerzas.

Pero, ¿sabéis qué? No me han destruido, yo no he cambiado por ellos, solo me he hecho más fuerte.

Sigo siendo igual de rara, sigo estando gorda y me importa una mierda lo que los demás opinen de mi aspecto físico. Soy yo quien carga con él y quien lo tiene que vestir y desvestir cada día así que, a vosotros, ¿qué os importa?

Por eso “celebro” que hoy soy feliz, “celebro” que eso está muy lejos y que solo forma parte de mí como algo que me reforzó, “celebro” que ya no estoy mal por ello, “celebro” que me haya ayudado a aceptarme como soy y “celebro” que cada día haya más gente como tod@s vosotr@s que lucháis porque estos casos acaben y porque todo el mundo consiga aceptarse.

Porque el nivel de perfección de una persona no se mide por el tamaño de su cuerpo y porque todos nos podemos ver bonitos seamos como seamos.

 

Autora: Elva MG