Kat es la enrollada autora del blog Rock N Roll Bride, una página para novios y novias auténticos también el día de su boda, que será «rara o diferente» a lo de siempre. Kat, además, cree «en el pelo arcoiris y, por supuesto, en los unicornios». Desde ya mismo, la amo.

Y la adoro por la respuesta que da a una chica que le pide consejo. Su drama es que la mejor amiga de esta chica va a casarse y ella es la dama de honor. Pero, para serlo, le ha pedido que pierda 10 kilos antes de la celebración y que se tinte el pelo –que lo lleva según la temporada morado, azul o verde– de marrón oscuro o negro.

 

 

Le explica esta chica que se siente mal y deprimida porque su amiga –¡anda ya!–, que ella creía que la conocía y la aceptaba como es, no lo hace. ¡Pobrecilla! «¿Algún consejo?», suplica. Voy a haceros una traducción rápida (en morado) de la respuesta de Kat porque no tiene desperdicio. Demasiado educada ha sido para mi gusto. Yo hubiera mandado a la amiga, por decir algo, a tomar viento. El artículo original lo podéis leer aquí.

Si alguna vez has caminado por la calle y has sentido un millón de ojos sobre ti, repasándote de arriba abajo, preguntándose cómo te atreves a vestirte así, entonces ¡bienvenida al club! Me parece de locos que en el año 2015 llevar el pelo de un color poco natural todavía pueda escandalizar a tanta gente, pero lo hace. En mi (azul) cabeza, esas personas de mente estrecha son los bichos raros.

Pero nunca nunca me he sentido juzgada por mis amigos por el aspecto que presento. No sólo son la mayoría de ellos tienen el pelo tan colorido y extraño como yo (aclaro que digo raro como un cumplido), pero incluso los que no visten así, aprecian mi diferencia. No puedo imaginar ni por un segundo ser la mejor amiga de alguien que no piense así.

 

 

Vas a tener que disculparme pero estoy usando todas mis fuerzas para no responder simplemente «¿CUÁL ES EL PROBLEMA DE ESTE PERRA?» y dejarlo ahí. (A mí me pasan por la cabeza palabras similares…) Porque pedirle a alguien que cambie fundamentalmente lo que es para estar en su boda no está bien. Pedirte que lleves un vestido que no necesariamente te guste es una cosa, pero ella espera que te desprendas de elementos que te definen y te hacen bella y gloriosa como eres. Eso es inaceptable. Tú no estás siendo demasiado sensible ni irracional. Lo siento, pero tu «amiga» suena como una verdadera noviazilla.

En cuanto a lo de perder peso… Ni siquiera puedo imaginar por qué alguien podría decirle algo así a otra persona y, menos aún, a su mejor amiga. Todos sabemos lo mal que nos podemos sentir cuando un extraño nos dice eso, ¡cuánto más cuando viene de tu mejor amiga! Imperdonable.

Pero (y éste es un gran pero) simplemente no puedo entender cómo tu mejor amiga puede sentirse bien habiendo sido tan desagradable contigo. Sí, es su «gran día» pero eso no le da vía libre para olvidar sus modales. Ella sabe cómo eres, ¿por qué te pide entonces que estés en su boda si le resulta tan ofensiva tu imagen?

 

 

En cuanto al tema del color del pelo supongo que sólo tienes cuatro opciones:

  • Teñirte el cabello.
  • Usar una peluca.
  • Decirle que te encantaría ser su dama de honor pero que tiene que aceptarte como eres.
  • Decirle que declinas su invitación a ser dama de honor y que se busque una nueva mejor amiga.

Yo sé perfectamente cuál sería mi opción… ¡Y yo, Kat!

En cuanto a lo de perder peso, para mí no hay ninguna duda. Si tú eres feliz y te sientes bien, nunca, nunca, nunca, bajo ninguna circunstancia te sientas obligada a bajar de peso para hacer feliz a otra persona. ¡Que le jodan! Y eso es todo lo que tengo que decir sobre el asunto.

Ahora en serio, si yo fuera tú me borraría educadamente de mi papel como dama de honor. Es una situación emocional difícil o incómoda, pero no ir a una boda no siempre tiene que poner fin a la amistad. Aunque puede ser que estés enfadada –¿o es sólo cosa mía?– y te sientas rechazada, si le explicas con madurez que se trata de ti y que no vas a cambiar lo que eres para su boda pero que, aun así, todavía estarías encantada de ir como invitada y pasar un buen día con ella, entonces la relación podría salvarse.

 

 

Si aceptamos que el estrés de la novia por organizar la boda ha podido causarle «locura transitoria», tal vez hablar con ella y acudir a la boda pero como una invitada más podría ser una buena idea. Aun así, sigo indignada: ¿cómo una persona puede pedirle a una amiga que sea su dama de honor y ponerle como condición que adelgace y que cambie su color de pelo? Mí no entender.

Todas las fotos son del blog de Kat.