Cansadita estoy y aún ni ha llegado el verano…. La verdad, no sabía que la peña se había vuelto tan sumamente superficial…o bueno, quizá siempre lo ha sido solo que tantos años fuera me han abierto los ojos y sobre todo las ideas.

Vacíos, cambios, (soy la «chica nueva de la oficina»), falta de tiempo, de energía y el invierno que es muy duro, me habían tenido alejada de mi diario; pero los ùltimos comentarios y situaciones en las que he estado presente y muy a mi pesar, sido destinataria de, no me dejan mas remedio que echar mano del Ipad y desatar toda esta furia contenida:

PERO QUÉ COÑO ESTÁ PASANDO AQUÍ??? NOS HEMOS VUELTO TODOS LOCOS O QUÉ..???

Por turnos, que me pongo nerviosa, se me agolpan los pensamientos  y ni tres decenas de dedos me serían suficientes para alcanzar todo lo me pasa ahora mismo por la cabeza.

Ojo al dato:

  1. «A mí me gusta verme bien y para eso hay que hacer deporte y estar delgada«

 what

2. «Estás mucho mejor con vestido… te ves más proporcionada…Por qué no te pones un poco a dieta?» (Aquí era yo el objeto de la sugerencia)

3. En el metro una amiga le dice a otra amiga, esta última embarazada: «Estás monísima Pepita!!» A lo que Pepita responde: « Sí, bueno…gorda… pero es lo que toca no

4. Mamá de un niño hablando con otra mamá de niño en el parque, sobre tercer niño que no deja montar a niños 1 y 2 en el tobogán: «Es que es un gordo y un paleto!»… (Wow, gordo y paleto…se puede ser algo peor en esta vida??)

 

Definitivamente nuestra sociedad is totally FUCKED UP….

Debo admitir que a las dos primeras situaciones, sólo pude responder con un (tímido) «Pero si a mi me gusta como soy» ….  y es que es difícil ser la «oveja negra» del rebaño…una revolucionaria de las tallas y orgullosa de las curvas. El riesgo de ponerte en contra a los 3/4 de las tías que conoces, e incluso ser testigo de algún que otro ataque en plan niña del exorcista, con giros de cabeza de 360 grados y vómitos verdes incluidos.

Allá donde voy siempre me encuentro alguna fémina hablando de la última dieta del momento, enseñando y comparando sus (inexistentes) rollitos lorzeros a la víctima de turno y cómo no, poniéndose a caer de un burro, porque para qué tener enemigos si la zorra que llevas dentro hace todo el trabajo sucio.

queen bitch

Que te ven que te has traído una ensalada para comer porque ayer tuviste un día de mierda y meterte a la cocina no entraba en tus planes de «hoy me chupo un maratón de MYHYV mientras me pongo ciega a vino de ese caro de 6€«: «Pero qué bien que te hayas puesto a dieta!! Cuánto quieres perder??».

Que te has vuelto una yonki del Zumba porque te encanta mover ese culito al ritmo de la Shaki, te hace sentir como la reina de Saba y encuentras cierto placer en no poder ni subir las escaleras del metro al día siguiente del dolor de piernas que llevas?? «Tú también con la operacion bikini,no?? Ya eres una de las nuestras».

Excuse me honey, ¡pero no soy y nunca seré una de las vuestras!

Y es que me he dado cuenta que ese dicho americano que tanto me gusta, «Misery loves company,» tiene más razón que un santo.  Que sí, que esas mujeres que se sienten tan sumamente disconformes y acomplejadas de sus cuerpos, buscan aliadas. Aliadas que les proporcionen la munición suficiente para continuar con la guerra encarnizada que hace tiempo declararon contra sus cuerpos.

Pero yo me niego…. Me niego a tratar mi cuerpo como si fuera el vertedero municipal del pueblo y echarle toda la mierda encima habida y por haber, ni propia ni ajena. Así que después de darle muchas vueltas a la cabeza, he encontrado la manera perfecta de plantarle cara al tema y empezar lo que llamo yo, una REVOLUCIÓN SILENCIOSA.

¿Que de qué va? Muy simple…

De vez en cuando y cada vez más habitualmente, me pongo algún vestido de esos que abrazan todas las curvas de mi cuerpo y camino contorneándome como si llevara un tambor africano dentro de las caderas. Y cuando digo vestido, digo mi camiseta más sexy o mis mejores vaqueros.

Y ahora toca cuando me decís que vosotras no podéis, que tenéis complejo de esto y de lo otro, que os sentís feas a todas horas y que pongáis lo que os pongáis ni por asomo os podríais sentir de esta manera. Y yo cojo y os respondo que, yo también he pasado (paso) por esos momentos y es sólo cuestión de práctica.

Como veo que se está poniendo muy de moda eso de decir el peso y la talla, os contaré que soy una tía de 1.67 cm, 78kg y talla 44. Y sí, tengo mis días malos, muy malos, donde me cago en el día en que repartieron los metabolismos rápidos porque obviamente yo no estaba allí, pero me levanto, me caigo y me vuelvo a levantar. Siempre he dicho que nací con un don, con el don de ver belleza allá donde miro. Me da igual quien seas, siempre soy capaz de vislumbrar a un primer vistazo, ése algo diferente que te hace especial y destaca sobre el resto.

Así que os animo a poneros en frente del espejo y probároslo TODO. Hacedme caso, os lo dice alguien que se ha visto al derecho y al revés todas las temporadas de What not to Wear (TLC). Experimentar y tratar vuestro cuerpo con cariño, encontrar vuestra prenda de Super Woman, mimar vuestras curvas y aprender a amaros a vosotras mismas.

Para mí este verano existen dos tipos de mujeres, las que se ponen con dietas absurdas y las que se ponen sus mejores vestidos.

Autor: Curvy Bumble Bea