¿Es posible que una persona quiera destruirse a sí misma? Sí, las personas con una personalidad masoquista o autodestructiva llevan una rutina dominada por conductas y pensamientos dañinos para ellas mismas. Las pautas autodestructivas no son devastadoras a simple vista, no te destrozan de la noche a la mañana. Pueden ser comportamientos que realizamos por costumbre o una forma de pensar que aparece automáticamente y nos encasilla, impidiendo que aspiremos a algo más. Sea como sea, esta forma de vida va en contra de los intereses personales, y además resulta perjudicial para el bienestar físico y mental. Conocer los hábitos que caracterizan a las personas autodestructivas es fundamental para saber si somos una de ellas y/o para ayudar a alguien que sufre ese patrón de personalidad.

giphy

¿Qué tienen en común las personas autodestructivas?

Los rasgos característicos de una personalidad autodestructiva suelen aparecer en la adolescencia o cuando somos adultos, y son consecuencia de una gran gama de factores ambientales (como el entorno social), psicológicos (como la motivación) y biológicos (como la herencia genética).

Las personas autodestructivas evitan las experiencias positivas y placenteras que se encuentran por el camino, y a la larga son víctimas de situaciones y relaciones caóticas marcadas por el sufrimiento. Esos patrones autodestructivos están conectados con su personalidad cerrada. Rechazan la ayuda, buscan el dolor y actúan como si quisieran permanecer en ese círculo de tortura.

giphy (1)

¿Cuándo me debo preocupar?

Según algunos libros enormes que cogen polvo en la estantería y cuestan un riñón manuales de diagnóstico psicológico, las personas autodestructivas comparten una serie de características. Si te identificas –o conoces a alguien que pueda hacerlo– con al menos cinco de los siguientes puntos, puedes estar experimentando una tendencia autodestructiva.

  • Te relacionas con personas y situaciones donde es probable que se produzcan desengaños y decepciones.
  • Has sufrido maltrato psicológico y/o físico.
  • Toleras los abusos psicológicos, físicos y/o sexuales que otras personas te infligen.
  • Evitas la ayuda y los consejos de otras personas.
  • Reaccionas con depresión, culpabilidad o conductas autolesivas cuando en tu vida aparece una mejora (logros o experiencias felices).
  • Rechazas las actividades placenteras, y si las realizas no quieres reconocer que te lo estás pasando bien.
  • Provocas a las personas hasta que se enfadan contigo, y después te sientes humillado y ofendido.
  • No eres capaz de comprometerte para conseguir tus objetivos académicos o profesionales, aunque tengas la capacidad para ello.
  • Puedes ayudar a otras personas a mejorar, pero no aplicas esos conocimientos y actitudes a tu propia vida.
  • No admites que otras personas se puedan interesar por tu bienestar.
  • Eres excesivamente propenso a auto-sacrificarte para ayudar a los demás.
  • Todos estos comportamientos NO solo se manifiestan cuando te sientes deprimido o en circunstancias especialmente extremas.

635926641970130929-1091205666_tumblr_inline_nfqkrcM0cR1shrb8p

¿Cuál es el comportamiento típico de una persona autodestructiva?

Aunque las personas autodestructivas adoptan una rutina con pautas peculiares y diferentes entre sí, algunas más peligrosas que otras, hay ciertos hábitos característicos que pueden ser una señal de alarma.

  • Pensamientos negativos

No se sabe si son la causa de la personalidad autodestructiva o una consecuencia, pero está claro que cuando una persona se centra en los problemas y se obsesiona con “todo lo malo que le puede pasar”, acaba atrayendo aquello que quiere evitar.

  • Conductas conflictivas con los demás

A menudo generan conflictos con otras personas y las discusiones terminan pasando factura. El rechazo, aislamiento, acoso, humillación y sensación de abandono son las consecuencias de su falta de relaciones sociales.

  • Impotencia a la hora de afrontar los problemas

Las personas con una mentalidad equilibrada son capaces de enfrentarse a los obstáculos de la vida, aunque sean complicados o haya altibajos por el camino. A diferencia de ellas, las autodestructivas son incapaces de hacer frente a las dificultades, no evitan el dolor cuando están viviendo una situación negativa, y en consecuencia acaban sintiéndose inservibles en un bucle de pasividad.

  • Desconfianza en ellos mismos

Por culpa de su baja autoestima no tienen una percepción realista de sus capacidades. Infravaloran su inteligencia, su sentido del humor y su atractivo físico, pero también desconfían de su habilidad para resolver problemas y de su autoeficacia, lo que hace que actúen con indiferencia ante los retos personales, laborales y académicos.

  • Conductas autolesivas

El máximo exponente de una personalidad autodestructiva es la tendencia a autolesionarse. Causarse daño físico es la forma de convertir los pensamientos dañinos en algo real y tangible. Las autolesiones son conductas extremadamente peligrosas, por eso deberíamos prestar atención a los comportamientos encubiertos antes de que la persona autodestructiva llegue a este punto, sobre todo si tenemos en cuenta el riesgo de suicidio, la conducta autolesiva más grave.

  • Conducta posesiva

Muestran una actitud controladora en las relaciones sociales. En ocasiones son celosos y ejercen un fuerte chantaje emocional con las personas, inclusive violencia. La posesividad –sumada a la tendencia a crear conflictos– es causante de su aislamiento social.

  • Desórdenes alimenticios

El trastorno por atracones, la bulimia y la anorexia son enfermedades autodestructivas con gravísimas consecuencias a medio y largo plazo.

 

  • Se sacrifican excesivamente por los demás

A menudo presentan el síndrome de Wendy, que se caracteriza por una necesidad absoluta de satisfacer a los demás descuidando su propio bienestar (y a veces poniéndolo en peligro). Esta conducta autodestructiva se disfraza de altruismo, pero en el fondo lo que hacen es coartar su libertad y rechazar a la felicidad.

  • Drogodependencia

El abuso de sustancias tóxicas, otro tipo de conducta autolesiva, puede ser habitual en personas autodestructivas. La adicción al alcohol o a drogas ilegales perjudica su salud física y psicológica y, sin duda, afecta a las relaciones sociales.

  • Soledad voluntaria

Se alejan de sus amigos y familiares voluntariamente, aunque a veces no son conscientes del aislamiento al que se exponen. Para conseguir el abandono recurren a conductas desagradables y antisociales que perjudican e irritan a su círculo social, llegando a creer que ellos no se han ido voluntariamente sino que les han echado.

  • Inexpresividad emocional

Reprimen las emociones, tanto las positivas como las negativas. La alexitimia (inexpresividad afectiva) voluntaria (no es que no pueda mostrar los sentimientos, es que no quiere) puede dar lugar a problemas mentales hasta el punto de provocar un trastorno psicosomático (problema físico que tiene causa psicológica, como algunas alergias, problemas gástricos, hipertensión, etc.).

  • Conductas adictivas relacionadas con el dinero

Entre ellas destaca la ludopatía o la adicción a las compras, dos problemas asociados a un incontrolable gasto de dinero. Aunque Internet es una herramienta muy útil, también es peligrosa para las personas autodestructivas ya que pueden acceder a páginas de juegos o de compra online con un solo click. Además de las dificultades económicas estas adicciones pueden provocar graves problemas en la dinámica familiar y laboral.

  • Rechazan la ayuda

No aceptan los consejos ni la ayuda, ya sea de amigos, familiares o profesionales (profesores, médicos, psicólogos, psiquiatras, etc.).

 

  • Abandono físico y mental

Falta de sueño (insomnio) o dormir demasiado (hipersomnia), abuso de la comida basura, alimentación escasa o atracones continuos, ausencia total de actividad física y falta de higiene son indicios de un problema psicológico. Las personas autodestructivas no suelen reconocer que padecen un trastorno psicológico.

  • Pensamientos auto-compasivos

Repetir que «todo les sale mal» hace que se desahoguen y proporciona una sensación de falsa comodidad, porque lo que realmente están haciendo es excusar la pasividad. Su mantra es que si todo les sale mal, ¿para qué van a intentarlo? Esa creencia impide que se adueñen del control de su vida y favorece la espiral catastrofista.

anigif_enhanced-buzz-24856-1365207225-3

¿Por qué las personas autodestructivas buscan su propio sufrimiento?

Si hay un Santo Grial hoy en día es la felicidad. Por norma general todos buscamos el confort, evitamos el dolor, anhelamos amor, y corremos tras la alegría con la intención de adelantarla tarde o temprano. Las personas autodestructivas forman parte de la excepción que confirma la norma, son una “rareza” peligrosa por las consecuencias psicológicas y físicas que acarrea adentrarse en esa “filosofía de vida”.

El patrón autodestructivo suele enmascarar un trastorno psicológico, que a su vez se relaciona con numerosos problemas afectivos. El obstáculo más grande que las personas autodestructivas deben esquivar es la baja autoestima. Si a esta dinámica controlada por el “odio propio” le unes la carga mental y emocional de la ansiedad, las conductas autolesivas aparecerán con más fuerza.

Hay dos zonas de confort. La primera es la zona de confort destructiva, un lugar donde la rutina te acaba consumiendo y las ganas de intentar luchar se convierten en conformidad con todo lo que no nos gusta, sin fuerzas para cambiarlo. En cambio, la zona de confort constructiva es la capital de los que luchan por romper con la monotonía y los que quieren poner fin a los estereotipos que nos controlan. Que no te engañen, todo el mundo tiene su zona de confort, pero hay quienes luchan para que la suya crezca y no se estanque. Las personas autodestructivas viven presas en la zona de confort destructiva debido a sus problemas de autoestima, culpabilidad, autoconfianza y pánico al fracaso.

56457bf328a4313112015055811

Si tú o alguna persona de tu círculo tiene tendencia autodestructiva ponte en contacto con un psicólogo, sobre todo si la acompaña un trastorno psicológico (ansiedad generalizada, depresión, anorexia, bulimia, trastorno por atracones, etc.). Recuerda que hay profesionales que pueden tratar cuadros psicológicos como este, no dejes que las conductas dañinas paralicen tu camino hacia la felicidad.

Puedes leer más sobre este tema en Psicología y Mente.