Vivo con perros desde que tengo uso de razón. Y si antes la tenía, no recuerdo casi nada predecesor al cataclismo perruno. Y es que cuando dejas entrar a uno de esos ángeles sin alas en tu vida, algo hace “crack” y ya no hay vuelta atrás, tu existencia “antes de” casi deja de tener sentido. Han sido cuatro peludos con los que he tenido el privilegio de compartirme y ellos son lo mejor que me ha podido pasar y la inevitable marcha de dos de ellos, de lo peor. Tener perro te cambia, te enseña a querer, pero a querer bien, tal y como lo hacen ellos. Si te dejas enseñar, aprendes que es lo importante y lo que no, a quedarte con la verdadera esencia de las cosas. Te conviertes en una “Dog Person”. ¡Pero ojo! Pasarte al “Bark Side” tiene sus consecuencias. Una de ellas, y probablemente la más radical es que el 90% de la humanidad deja de interesarte o peor, empiezas querer matarla.
Así que he aquí las razones, que no son pocas, por las que considero que mi perro (perros, en mi caso) es mejor que la mayoría de las personas que conozco:
- Nunca se le ocurriría hacer comentarios del tipo: “¿Te has puesto de buen año, no?”, “¿Para cuando un novio?” O “¿No crees que estás comiendo demasiado?”. Es más, él siempre está encantando de que comas por si le doy algún manjar inesperado.
- Cada vez que vuelvo a casa, es una fiesta, aunque me haya ido a bajar la basura. De hecho es el primero (y a veces el único) que sale a recibirme.
- Es feliz con muy poco. Robar mi ropa interior usada es para él un tesoro inigualable.
- No conoce el rencor.
- Su mayor ambición es hacerme feliz, independientemente de sí mismo.
- De pequeña, me ahorró tenerme que comer muchos platos de judías verdes. Nadie engulle en 3 segundos mejor que él.
- Siempre está dispuesto a matar monstruos por mi, incluso si él no mide más de 20 cm de alto.
- No me juzga.
- Es desinteresado.
- Tiene una manera adorable de invadir mi espacio vital.
- Nadie da los buenos días mejor que él.
- Tiene la virtud de convertir en un juego cualquier cosa.
- Su hogar es donde yo esté, y el mío donde esté él.
- Es mi radar infalible para las malas personas.
- Le da igual si acaparo toda la cama o el sofá, él con que le deje una esquinita mínima para estar bien pegadito, es feliz.
- Le parezco la mejor cocinera del mundo, a pesar de haberse comido los mayores destrozos culinarios de la historia.
- Mirarme mientras estoy en el baño, le parece lo más amoroso del mundo. Eso sí que es amor sincero.
- Piensa que soy la versión mejorada de Wonder Woman. Aunque lleve una bata antilujuria y un moño duchero.
- Su compañía es mi mejor terapia.
- Es capaz de hacer que adore sus defectos.
- Cuando no me aguanto ni yo, él está encantado de pasar tiempo conmigo.
- Conocerle, me ha hecho mejor persona.
