¿Nos hemos vuelto todos locos o que está pasando? Yo cada vez entiendo menos este mundo en el que estamos inmersos. Os cuento.

Quedo para tomarme un café con un amigo, charlamos, nos reímos, cotilleamos, todo muy ameno y agradable.

Pero mi cara se queda a cuadros y mis ojos como platos cuando recibo un mensaje del susodicho aconsejándome dieta, sí sí, como lo leéis, DIETA, pero ya no sólo se limita a recomendármela, sino que me envía una imagen de una dieta (con sus tres recomendaciones de desayuno, comida y cena para los siete días de la semana).

Vaya cojones tiene el colega, ¿de qué va?, ¿quién se ha creído?

Yo sigo a cuadros, ¿Qué digo a cuadros? Creo que ya empiezo a hacer hasta espirales, y tras pasar media hora mirando al móvil y no pudiendo creerme lo que estaba leyendo, lo único que consigo escribir es: “¿Cómo dices?”. Y quietas todas porque su respuesta es de infarto (pero de infarto de los que te falta el aire, todo te da vueltas y sin saber muy bien porque no puedes dejar de cagarte en la pobre madre que lo pario).

Pues va el tío y me dice: “Tienes un gran potencial, pero esos kg de más te están perjudicando, deberías hacer dieta y ejercicio y verías que buen cuerpo tienes”.

denise

Me cago en la poca gracia que tienes, eso es lo que pienso, sí. No puedo evitarlo. Pero es que yo no le he enviado un mensaje diciéndole “cambia el peinado que pareces un maldito cactus y te pega menos que a un cerdo unas gafas de sol”, nooooo queridas amigas, porque hay cosas que uno se debe callar, llámale educación, llámale saber estar, llámale “métete en tuvida y deja la mía en paz”.

Pues cojonudo, sin nadie pedirle opinión, sin nadie preguntarle nada al respecto, el tío se toma la libertad de opinar, recomendar y hasta insistir. Finalmente decido finiquitar este encuentro tan poco agradable con un mensaje tan falto de educación como el suyo “espero que no te moleste lo que voy a decirte, aunque realmente me importa una mierda si te molesta o no, la misma mierda que te importó a ti cuando decides enviarme una dieta y dar por hecho que no estoy a gusto con mi cuerpo, así que si no te importa a partir de ahora yo y mi culo tenemos cosas mucho mejores que hacer que tomar café contigo”.

Sigo alucinada, enfadada y muy decepcionada porque la gente nunca dejará de sorprenderme, eso sí, sorprenderme para mal.

Autor: Vanessa López

En las fotos: Denise Mercedes.