Si quieres volar, vuela.
Si quieres follar, folla.
Haz lo que quieras, cuando quieras, como quieras.
Hemos venido a este mundo a ser felices, y no hay nada lo suficientemente importante como para no serlo.
No dejes de ser quien eres, ni de hacer lo que quieras hacer por miedo, por temor a lo que otros piensen de ti.
Se sincero contigo mismo, honesto y claro. Lo demás, sobra.
Vivimos en una sociedad en la que nos sentimos juzgados a cada paso que damos. No finjas ser quien no eres.
No seas lo que otros creen que debes ser porque nadie mejor que tú sabe lo que quieres y necesitas.
Vive, disfruta, lucha y ama.
Canta, grita y llora.
Folla, baila, salta.
Si no quieres echar un polvo en la primera cita, no lo hagas, y si te mueres por besarle, bésale.
Si quieres montarte un trío, hazlo, y si quieres cerrar el ‘chirringuito’ hazlo también.
Da igual lo que piensen. Si eres demasiado clara y asusta, es que aún no has encontrado a esa persona lo suficientemente buena, o a lo mejor no tienes intención de encontrarlo, y está bien también.
Sé como eres, deja los miedos a un lado, fluye, sonríe y quédate con quien te haga volar, con quien valore tus defectos y los convierta en virtudes.
Sé realista y soñador, ambos conceptos no están reñidos. Lo más importante es sentirse bien con uno mismo, al final es lo único que nos queda. Sé feliz contigo porque eres quien te va a acompañar el resto de tu vida. Nadie más lo hará. No te falles, date una oportunidad.
Recuerda: No hay nada lo suficientemente importante como para no ser feliz.
La felicidad es una actitud. Levántate con fuerzas y camina pisando fuerte. Sal ahí fuera, construye tu mundo y vuela como un cohete, lleno de energía, capaz de llegar a la luna o a cualquier otro planeta.
Recuerda: Vida solo hay una, y hemos venido a ser felices, intentemos serlo, al menos el tiempo que nos queda.