Todo empieza haciendo pis (qué bonito) encima del predictor y luego mirándolo con ansiedad durante unos minutos. A mí, me parecieron milésimas de segundo. Mi chico compró uno que no tenía rayitas sino que claramente ponía EMBARAZADA, así para que no queden dudas. ¡Yuju, yuju, nos hemos quedado! Asumimos que lo estabas buscando y que te quedan 9 meses por delante antes del temido parto. Así que bien, te quedan 3 trimestres de «dulce espera». ¿Dulce espera? ¿Perdón? Quien fuese que se inventó ese término o era claramente un hombre o una mujer que nunca de su vida había estado embarazada.

 

«Tú tranquila que las náuseas solo duran hasta el tercer mes.»

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Oye sí, ¡vaya planazo!, estar vomitando todas las mañanas durante 3 meses y encima sin haber bebido gota de alcohol la noche anterior. No puedo imaginarme nada mejor. Sabemos que lo decís con buena intención, claro. Y, de verdad, con el Cariban (esas pastillas milagrosas de color verde menta) los vómitos suelen desaparecer. Eso sí puede que te dé asco la vida (y todos los olores del mundo) durante más de 3 meses. Incluso cosas que te encantaban como el café o las galletas de jengibre.

 

«Alégrate, que ahora podrás comer todo lo que quieras.»

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Pues vas a tener que explicarme tu definición de «comer de todo». Partimos que, de normal, ya como de todo, aunque intento que sea todo lo máximo de sano ¡y así tiene que seguir siendo durante el embarazo! ¿Te refieres a que ahora la gente ya no me mirará mal si me ven devorando una palmera de chocolate a las 3 de la tarde? Porque comer de todo, pues como que no. Adiós jamón, cecina, chorizo (lloro). Despídete del buen vino en las comidas, de tus cañitas en una terraza y prepárate para pasarte los cumpleaños bebiendo fanta limón (aunque tampoco porque lleva mucho azúcar). La carne muy hecha, las frutas y verduras a lavarlas con Amukina y el queso que esté pasteurizado. El paté lleva demasiada vitamina A y nada de sushi ni marisco. Y como te toque diabetes gestacional, ni hidratos. Mmmm… Bueno, no está tan mal, podrás comer todas las judías verdes que quieras.

 

«Ya verás como pronto empiezas a tener ese brillo en la piel.»

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¿Es brillo de estar sudando como una cerda todo el santo día quieres decir? Sí, sí, algo había notado, gracias. Si eres friolera, despídete de todos tus abrigos (que al fin y al cabo, pronto no te van a abrochar) porque en pleno diciembre vas a estar abanicándote en el metro tan acalorada como si estuvieses tomando el sol bajo una manta en la Polinesia. No te preocupes, se supone que tu cuerpo volverá a su estado normal pero durante 9 meses haz acopio de una gran reserva de desodorantes que puedes repartir entre casa, trabajo y todos los bolsos que utilices. Y no vale saltarse la ducha, per favore.

 

«Cuando te dan pataditas es tan bonito…»

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A ver, reconozco que servidora hasta hace un mes tenía el mismo instinto maternal que mis estanterías de Ikea. Claro que quería tener hijos pero el «instinto animal» no lo tenía tan claro. Y entonces, a los 4 meses, el inquilino de tu tripita empieza a moverse a dar patadas, practicar tai-chi y bailar zumba dentro de ti. Pues bien, lo primero que vas a pensar es que tienes gases porque la sensación, queridas amichis, es más o menos la misma. Luego, cuando ves que no salen, te das cuenta de que es el tu bebé moviéndose. Más tarde llega la fase Alien Resurrection en que ya no solo notas sino que ves tu tripa moviéndose como un flan. Al final, es bonito pero también raro, raro, raro

 

«El segundo trimestre es el mejor.»

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Sí, esto en comparación con los otros dos, es verdad. Con suerte, ya no tienes náuseas y tu panza aún no tiene el tamaño y peso de una sandía gigante. Hasta aquí todo bien pero siempre hay sorpresas escondidas en el maravilloso período de la «dulce espera». Puede que te dé un ataque de ciática, que te duelan las piernas o la cabeza, que te sangre la nariz o las encías (o todo). En mi caso, y siguiendo la buena tradición femenina, vamos a hablar de caca: estreñimiento. Y no estreñimiento de ese de «como cereales por la mañana o me tomo los Activia y solucionado», ni ese estreñimiento feliz de los anuncios de Micralax. Estreñimiento de llorar en el baño porque «ni palante, ni patrás» y llegas a pensar que «eso» no va a salir nunca más de tu cuerpo. El final sí sale pero el dolor es de terror, amigas.

 

«La tripa de embarazada le queda bien a todo el mundo.»

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Ay, fabada rica…

No lo voy a negar, la tripa de embarazo es muy bonita así tan redondita, sólo que pesa como 3 kilos, te desequilibra, te molesta y no te deja dormir. Eso cuando ya se nota que es tripa de preñada. La mitad del embarazo me la he pasado sintiéndome como después de las Navidades en casa de mi familia política en Asturias: como si me hubiese comido 3 platos de fabada. Y no, no te deshinchas al cabo de unas horas, así te quedas hasta que por fin, aparece la tripa redonda y tirante que tienes que embadurnar de crema porque si no pica como si tuvieses la sarna. ¡Mucha paciencia, Nivea lata azul y a presumir de sandía cuando ya se note!

 

«¡Disfruta que se te pasará volando!»

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I can’t get no satisfaction…

Sí, a ti que me ves una vez a la semana o una vez al mes y que no tienes que cargar con un 1,5kg concentrado en la tripa, se te debe de pasar volando. Pero para las que nos enteramos a la semana 5 y nos quedan aún 35 por delante, la cosa va más lenta. Primero el médico te recomienda que hasta los 3 meses no sueltes la noticia porque el embarazo no es seguro. Y ya sabéis que no hay nada peor que guardar un secreto. Y luego pasas tres meses más de maravilla y llega el tercer trimestre ese espacio-tiempo en que los meses en vez de tener 30 días tienen como 1500 cada uno. Que la verdad no sabes si quieres que pasen o vayan para atrás porque al final del camino está… EL PARTO.

 

«Y sobre todo, aprovecha para descansar.»

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Que yo sepa la baja maternal (los súper 4 meses, ironía modo on) viene después de parir y no antes. Y si eres autónoma como yo, ya ni te cuento, que estaré mandando mails entre contracción y contracción. Que sí, que estás embarazada pero la vida sigue: trabajas, tienes que ir corriendo a los sitios o ir 4 veces porque de golpe tienes la misma memoria que el pez Dory y eres un desastre de la organización, y la mitad de las tareas del hogar siguen sin hacerse solas. (Mención especial a los maridinchis que se estiran y hacen un extra, gracias queridos). Y además, ¿cómo vas a descansar si ni dormir del tirón puedes, que tienes que estar yendo al baño cada 5 minutos? Y no, de verdad, cada 5 minutos no es una exageración. Verdad verdadera.

¡Ánimo, albondiguitas, que lo peor aún está por llegar!