Hace más de un año escribí aquellas razones por las que volvería a mis 20. Madre de dios, cómo pasa el tiempo. Entonces, algunos comentarios vuestros decían que NI DE COÑA volveríais a esa edad, por muchas razones. Ya entonces pensaba que, en mi caso, había tantas razones para desear volver como para no hacerlo. Si soy honesta, poniéndolas todas en una balanza, no sé hacia qué lado se inclinaría. Yo no volvería a los 20 porque:

1. Tiene que ser la primera porque ha sido un gran descanso: ya no me cuelgo por ningún gilipollas. La verdad es que ya no me cuelgo por nadie. ¿Menos emoción? Quizás. Pero sustituyo el desasosiego por la calma chicha con felicidad infinita.

PEACE

2. En la misma línea: ahora sé reconocer un Empotrador cuando lo veo o, mejor, cuando lo pruebo. A los 20 una se conformaba con poco, a veces con nada, con un mete-saca en el asiento trasero de un coche que te parecían emocionante en el momento pero que, en realidad, era del todo insatisfactoria.

3. Aunque ya no salgo como antes, cuando lo hago, salgo DE VERDAD. O sea, nocturnamente me refiero. Salgo cuatro veces al año, cuando quiero, con quién quiero. La selectiva, me llaman. Antes salía tres noches por semana (que yo he sido muy salvaje). La inercia me arrastraba. No salir era un infierno insoportable. ¿Cómo me iba a perder eso que mis amigos iban a disfrutar en tropel? Yo no me podía perder NADA. NUNCA. Salía incluso enferma. Como las cabras estaba, amigas.

CRAY

4. Sé qué me da la felicidad. Reconozco esas pequeñas gilipolleces que me dan la vida, los pequeños gestos. Ahora ya sé qué es lo importante de verdad.

5. Reconozco a mis amigos a la legua. Me reúno con quién quiero, con nadie más. Mi tiempo es muy escaso y no lo regalo. Si quedo contigo es porque quiero verte. No te veo por compromiso. Qué coñazo, para ti y para mí.

6. Sé que mi intuición es mi mejor consejera. Este es un descubrimiento bastante nuevo y ha sido MUY  maravilloso. Mi instinto no falla. Ya basta de cuestionarme a mí misma. Hay decisiones que hay que tomar por ese olfato que a estas edades ya está más que desarrollado.

7. A mis 43 palos, me paso las opiniones de la gente por el mismísimo toto. Se entiende que las de las personas que no son cercanas. O sea, la gente que no me conoce, que no me quiere, a la que no le importo y que no me importa. Si a alguien lo le gusta: que no mire, que no toque, QUE NO LEA.

no me importa

8. A mis 20 no existían Jason Momoa, Ryan Gosling ni Benedict Cumberbatch. Había otros, eso sí, PERO NO ERAN ESTOS.

benedict

9. Ahora me quiero. Me amo de una forma sobrehumana, que diría mi amada Jurado. Me cuido, me escucho, me obedezco. A veces me enfado conmigo misma pero luego viene la reconciliación. No me juzgo, no me machaco, no dudo sobre mi valía.

LOVE ME

10. POR FIN, tengo claro lo que quiero hacer en la vida, que es ESCRIBIR. A mis 20 no era valiente, era otra cosa. Era muchas otras cosas. Esto que soy ahora me gusta más.

Mucho más.

     yes