Hoy vengo a escribir sobre un nuevo derecho que he decidido sacarme del toto, pero que creo que es tan necesario como el respirar. A ver si tengo suerte y los señores encargados de la legislación deciden hacerme caso y promulgarlo como algo básico en nuestro día a día.

DEJADME EQUIVOCARME TRANQUILA, POFAVÓ

No entiendo esta presión que tenemos hoy en día que nos conduce a la perfección en todo su esplendor, parece que todo el mundo quiere que te equivoques, esperan con ansia a que lo hagas y cuando lo haces te recuerdan que te avisaron, que el error estaba a la vuelta de la esquina y todo el mundo lo estaba viendo venir. BUENO COLEGAS Y QUÉ.

Dejadme en paz con mis fallos, con mis pruebas, con mis experimentos. Dejadme arriesgarme, cagarla y ver si me da la santa gana de volver a repetir la operación otra vez y otra vez y otra vez.

Muchísimas veces hacemos cosas que no sabemos ni para qué las hacemos, pero las hacemos porque sí, porque nos da la real gana y queremos ver qué puede salir de ahí, que igual luego lo dejamos a la mitad y no seguimos, o quizá nos encontramos con el proyecto de nuestra vida. Quién sabe, queridos, quién sabe.

Si sois de los que vivís rodeados de dementores que tratan de chuparos la energía y quitaros de la cabeza ideas, por muy locas que sean: practicad el quetedenismo. Sin piedad. Si sois educados y vivís dentro de los valores de esta sociedad, pues no los mandéis a pastar al campo con palabras, pero respirad el odio para dentro y convertirlo en una bella forma de ignorar al otro.

NO DEJÉIS DE PROBAR POR MIEDO A FALLAR

Ay, cada vez que digo algo de este tipo se me viene a la cabeza la frase de una Cenicienta Moderna, la que le dice el papá a mi amada Hilary Duff: ‘que el temor a fallar, no te impida jugar’. Y chica, mano de santo.

Si no tenéis dementores en vuestra vida, igual sois vosotros los que estáis matando poco a poco las ideas de otros. Si es así: PARAD YA Y DEJAD A LA GENTE EN PAZ CON SU VIDA Y SUS MIERDAS. 

Con esto de fallar y acertar, arriesgarse y tal, no hablo solamente de proyectos y de poner ideas en marcha, hablo de todo en general en la vida. Te gusta alguien, te lanzas a la aventura, sin escuchar a todas esas voces (no siempre externas y muchas veces parte de tu cabeza) que te repiten constantemente que esa persona no, que de esa forma no, que así no. Haz lo que te salga, cuando te salga y como te salga. Y si te sale mal, aprendes. O no. Qué más da. Ya vendrán otros y lo harás mejor o peor, pero por favor, no dejes de intentarlo.

Es que esto es como la comida, jamás dejes de probar algo por muy mala pinta que tenga, que igual te estás perdiendo el manjar que seguro que sirven en el cielo una vez que te ascienden a santa.

Pues eso, tanto en el tema pareja, como en el tema profesional, económico, alimenticio, vital, pasatiempil y cualquier otro que se te ocurra o te salga del petete: HAZ LO QUE TE DÉ LA REAL GANA SIN MIEDO AL QUE DIRÁN.

O al qué te están diciendo antes de empezar.

Reivindiquemos el derecho a equivocarnos, equivocarse es un placer del que nadie nos debería privar. Con el que, además, con suerte, acabas acertando y encontrándote contigo misma donde menos te lo esperabas.