Muchos de los gordis que andáis por aquí me entenderéis a la perfección. Te pasas la semana entera cuidándote, intentando hacer ejercicio, comiendo sano e ignorando a ese dulce que te dice ‘’cómeme’’ a gritos. Pero llega el finde, quieres desconectar y darte un capricho. Así que sales con tus amigos y te permites un trozo de tarta/pizza/whatever. Y te caen las primeras frases:

-‘’¿Tú no estabas a dieta?’’

-‘’Así es normal que no adelgaces’’

Porque según la humanidad, es impensable que tengas una vida sana teniendo sobrepeso. Es impensable que te sacrifiques y te cuides pero te permitas caprichos de vez en cuando. Todos sabemos que quien está gordo es porque quiere, ¿verdad?

vgpv8wxv55fede485ccef765111452

¡No! No, familia. No, amigos delgados. Primero, entended que hay muchos motivos que te llevan a engordar. No siempre se cogen kilos por estar tragando a dos manos. Puede ser por una enfermedad, por una depresión o simplemente por algo que no te incumbe. Entended de una vez que comentar algo sobre un físico ajeno sin venir a cuento, aunque no se tenga una mala intención, NO ESTÁ BIEN.

¿Qué te importa como esté comiendo o cómo esté cuidándome? ¿Qué más te da que me coma ese helado? Es MI cuerpo. Es MI vida. Si engordo o adelgazo es MI problema. Que yo no me meto en tu vida y en tus prejuicios.

Además, adelgazar no es tan fácil ni bonito como algunos medios lo pintan. No puedes decirle a una persona que intenta bajar de peso ‘’pues no comas tanto’’. No. Eso no sirve de nada. Es como si le dices a un fumador que está intentando dejar su vicio ‘’pues no fumes’’. Créeme, si fuera tan fácil, no estaríamos así. No juzgues ni critiques a quien intenta dejar sus malos hábitos. Escúchale, ayúdale y no le presiones. Te aseguro que esa persona es la primera que sabe dónde están sus fallos.

Mari Ángeles Utrera Martínez

En las fotos: Curvy Campbell