No sé qué problema tiene la gente con los psiquiatras. Es mencionar que voy al psiquiatra y me miran como si me cortara el pelo frente al espejo de manera caótica mientras canto canciones de Melendi. He notado venas a punto de explotar y ojos desorbitados, gente que se movía como si tuviera la incómoda sensación que da una braga cuando se descoloca in between the cachetes, pero de manera constante. Y no entiendo por qué. Si yo me tomo este trance con humor, ¿no debería la gente dejar de mirarme como si fuera un bicho raro?

homer

Por un lado, está claro que el cómo me mire la gente debería darme igual (hasta ahí llegan incluso los tronistas menos avispados), pero es esa sensación de no poder hablar con normalidad de mi situación lo que me molesta. No quiero parecer una mártir/joven sufridora que comparte sus miserias con todo el mundo, pero por dios, que es un médico, no un extraterrestre.

Todo el mundo sabe que el cuerpo funciona como una máquina. Pero OH SORPRESA, el cerebro también forma parte de él. Por eso es tan importante cuidarse tanto física como mentalmente: no solo tu cuerpo sufre, sino que tu mente también. Y si tu mente está enferma, créeme, poco puede hacer el cuerpo solo (no todos los seres humanos podemos ser como esa gallina que aguantó *introducir tiempo aquí* sin cabeza, o como Donald Trump, por ejemplo).

A veces, no puedes salir de los problemas sola, y eso no es malo. No eres menos válida o peor persona. Simplemente, necesitas ayuda y, hasta donde yo tengo entendido, pedir ayuda no es nada malo (no como matar gente).

Desde la experiencia, pedir ayuda ha sido (aunque difícil) una de las mejores decisiones que he tomado en la vida. Hablé con mi familia, con la gente que de verdad me apoya, y me ayudaron a encontrar al profesional adecuado. Y sí, era una psiquiatra. Y sí, me recetó medicamentos. Y no, sigo sin oír voces en mi cabeza que dicen que queme cosas. Por eso lo recomiendo tanto. Por eso me enfada no poder hablar con total libertad de ello.

La gente me recomienda ir al nutricionista doscientas veces, pero cuando les digo que no me encuentro mentalmente en condiciones, me dicen que es “una mala racha” y “se me pasará”. Yo aquí veo un error. Enorme. Como mi booty en unos buenos pantalones ajustados.

Dejad el estigma atrás. La gente que tiene un problema y busca ayuda no merece ser mirado como el rarito de clase en una peli americana de segunda, sino como la persona de dos segundos antes de decir la palabra psiquiatra (aquella que no debe ser nombrada, como Voldemort).

Si te digo que tengo cita con la psiquiatra no es porque quiera verte correr en dirección contraria a donde estoy, sino para decirte que no puedo quedar, que me espera una señora para hablar de mis problemas y recetarme drogas.