Hace unos días las maravillosas señoras de WeLoverSize publicaron el primero de los textos que me he propuesto escribir para ellas. En el texto, a groso modo, yo reivindicaba la presencia en el cine y el teatro de más actrices gordas (aquí el enlace para las que no lo hayáis leído). Hasta aquí todo bien, el problema viene con una pequeña polémica que se produce en Facebook cuando una chica comenta literalmente:

“Dejemos de decir gordas ya llenitas queda mejor porque al decir gordas nos estamos insultando y muchas estamos llenitas y no comemos tanto como nos dicen, cada vez que ven a alguien fuerte solo dicen come como una vaca. Es algo que odio no puedo con eso…”

Es su opinión y la respeto, pero me gustaría dar la mía. Gordo/a no es un insulto, es un adjetivo.  Ser/estar gorda es lo mismo que ser/estar delgada o ser rubia, morena, alta o baja. No usar la palabra hace que se convierta en un tabú y se siga utilizando para herirnos. Cuando las gordas empecemos a llamarnos gordas y  nos apoderemos de la palabra sin agachar la cabeza el resto entenderá que no nos duele que nos lo digan y la palabra perderá su sentido peyorativo. Os pongo el ejemplo de mis sobrinas. Yo tengo tres sobrinas trillizas de 6 años a las que veo aproximadamente una vez al mes porque viven a unas 4 horas de mi ciudad. Desde hace un tiempo no hay fin de semana que las vea que no me digan algo sobre el tamaño de mi culo. Yo siempre les respondo igual.

Ellas – Tita, tienes un culo muy grande.

Yo – Sí, y vosotras uno muy pequeño. ¿Hay algo malo?

En ese momento ellas se quedan calladas, piensan un rato y seguimos jugando. Así una y otra vez hasta que en navidades una de ellas tras la respectiva conversación me dice:

“Tita, es que en el cole hay una niña que está gorda y los niños se meten con ella, pero yo les he dicho a las hermanas que eso no es malo porque tu estás gorda y eres la tita más diver ”

BAM! Obviamente lo primero que hice fue comérmela a besos por eso de que ella crea que soy la tita guay, luego le volví a explicar que no hay nada malo en ser gorda y que se puede decir que alguien es gordo siempre que no se quiera insultar con ello.

Con todo esto lo que quiero decir es que usando eufemismos como gordita, rellenita, grande, fuerte… lo único que hace es perjudicarnos porque todos ellos implican que estar gorda es algo malo y “ay, pobrecita, que está gorda”. Y no, coñe, no. No soy ninguna pobrecita. Soy una gorda que ha decidido disfrutar de la vida sin estar obsesionada con mi peso, que me cuido e intento comer sano y moverme, pero que no me voy a machacar si uso una talla 50 en vez de una 40. Que si tu has decidido perder peso y entrar en una 40 ole tú, pero déjame a mí disfrutar de mi gordura y hacerlo con la cabeza bien alta. Por eso, gordas del mundo, ¡apoderémonos de la palabra GORDA y liberémonos!

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@cosasquemepasanporgorda