Sinceramente, no tendríamos que aguantar de nadie (salvo de un médico), bajo ningún concepto, sea cual sea nuestra condición física, un comentario sobre como estamos o como dejamos de estar, o lo que es peor, de como deberíamos de estar. Si bien es cierto que la delgadez parece más apreciable, tal vez aceptable, que la gordura, no todo el mundo es feliz en los huesos, ni tampoco está así por someterse a dietas estrictas y por vomitar después de comer. No, hay mujeres delgadas que quieren engordar, que no se ven bien, y que tiene que aguantar comentarios sobre lo mucho que se le marca el esternón y sutiles comentarios sobre si detrás de su talla subyace un problema alimenticio. 

Sé que la gordofobia es mucho más sangrante y evidente, y me encanta esta página porque sois reales, sinceras y directas, pero al margen de lo que la sociedad piense, lo importante es lo que individuo pueda sentir sobre su cuerpo. De hecho, es como si hubiera ciertos complejos que parecen no ser aceptables. No es mi caso el de la delgadez, yo bailo entre la talla 38 – 40 y muy feliz con mi culo y mi cadera, pero sí he sentido durante mucho tiempo un complejo fuerte por mis tetas. Y no, no por estar plana, sino por todo lo contrario. Nos encontramos con el fenómeno “Eso no es un complejo, es una idiotez”. O sea, el tener muy poco pecho y estar acomplejada por ello, parece estar aceptado, pero si te quejas porque tienes mucho, oirás un “¡Pero qué dices, ya me gustaría a mí! ¡Qué tontería!”. No, no son tonterías. Es un complejo y ridiculizar cualquier tipo de complejo no es justo para quien lo padece. 

USA-Star-in-a-Bra-1

En mi caso, yo he visto muchos años como un problema el encontrar un sujetador de mi talla, porque tengo el contorno pequeño y una copa muy grande, y en fin, ya sabemos que encontrar algo más allá de la copa D es un milagro, y si sumamos un contorno por debajo de 90 en esas copas, es una locura. Por suerte, eso lo solucioné con el descubrimiento de mi talla exacta cuando compré un sujetador a Inglaterra (te quiero, Freya) y acerté gracias a las medidas que indicaba la web. El no poder comprarte un conjunto bonito porque lo único que te ofrecen son prendas color abuela de nulo atractivo, ir incómoda, sentir que no puedes dar dos pasos rápidos sin que te bailen las peras y que resultara incluso doloroso… En fin, no es agradable. Y, además, solucionado el problema del sujetador, la cosa sigue con la gran cantidad de modelos de camiseta y vestido que es imposible utilizar, e ir de compras y que no te encaje la ropa, sea por lo que sea, frustra. 

Es duro sentirte un bicho raro, por el culo carpeta o las pantorrillas anchas, o la barriga de premamá o las tetas descompensadas. Ojalá dejaran de vendernos una imagen prototípica, y ojalá nosotras dejáramos de creérnosla, porque seríamos mucho más felices. Pero como para que eso cambie queda todavía un largo camino, tenemos que luchar por aceptarnos y, ante todo, creo que no se debe ridiculizar jamás el miedo o complejo que otra persona pueda tener, por incomprensible que nos parezca. 

En fin, a ver si nos convencemos de que todas somos bonitas, que en la diversidad está el gusto, joder.

Autor: Peras