Te echo de menos amiga. Te echo de menos porque ya no no hablamos como antes, cuando casi a diario me contabas lo que te habías comprado, si tenías el coche en el taller o si necesitabas un Monurol urgentemente… Cuando me mandabas capturas de pantalla con conversaciones con ese chico o las fotos de cómo te quedaba tu nueva chaqueta.

Te echo de menos porque ya no elegimos el modelo para la boda esa que tienes. Antes sí, no hace mucho me contabas la última de tu jefe, hablábamos de vacaciones de puentes, de fines de semana, aunque ni siquiera hiciésemos algo juntas, pero nos lo contábamos, antes, sí… Nos escribíamos sobre restaurantes cuquis que probar y sobre terrazas que había que visitar para tomar un cocktail aunque nunca lo acabásemos haciendo…

Te echo de menos porque hacíamos planes, cambiábamos el mundo, criticábamos a alguien o, simplemente, porque sabíamos la una de la otra… ahora ya no. Te echo de menos porque sé que estás bien gracias a las redes pero no por ti… Te echo de menos si quiero decirte algo, porque ahora tardas dos días en contestar un whatsapp y me veo algo tonta esperando, mirando tu hora de conexión y pensando en que no te digo nada porque no quiero importunarte. Porque estarás haciendo otra cosa que te apetece más, más que escribirme. Pero te mentiría si te digo que no, que no te echo de menos. Porque ahora llega un cumpleaños común y compras los regalos con otra persona y porque siempre hablas en plural. Te echo de menos y claro, es probable que tú a mi no…

Lo veo hasta normal, que tú no notes el vacío que yo sí siento, tú ahora amas a alguien que ocupa el cien por cien de tu tiempo y conste que lo entiendo… pero también echo de menos que me cuentes cosas de él, o cómo están tus padres o tus hermanos, y tú tienes a quien contárselo mientras yo he dejado de saber de ellos… y por eso también te echo de menos, porque yo quiero seguir contándote cómo están los míos. Cuánto me faltas amiga, cuánto... porque ni siquiera me cuentas qué cosas haces con él, cosas que me importan porque son parte de tu vida y echo de menos tus novedades, tus planes de fin de semana, que me cuentes cómo es tu vida en pareja, cómo follas, cómo te acaricia, qué te dicen tus padres de él, y los compañeros de curro… esas cosas, te lo prometo, también pueden ser cosas de las que hablemos, y ni siquiera sé por qué no me las cuentas.

Ni siquiera sé por qué merece la pena echarte de menos. Así que voy a publicar esto, voy a hacerlo porque sé que no te enfadarás, ni te sentirás aludida ¿y sabes por qué? Porque estoy convencida de que no vas a leerlo. Sólo espero que, si algún día lo dejas con este chico, sepas que te eché tanto de menos que acabé olvidándome de ti.

Autor: Irmana