Siempre he sido una persona muy vergonzosa. De pequeña me daba vergüenza todo, como el hecho de que mi madre le contara a sus amigas que me había bajado la regla, y tenía pánico a salir del baño con la falda metida por dentro de las bragas. Me ponía roja enseguida (algo que me sigue pasando) y me sobrepasaba saber que había hecho el ridículo. De mayor, sigo siendo vergonzosa, pero he aprendido que el mundo no se acaba porque me equivoque al cantar una canción o por tartamudear en una reunión de trabajo. Y es que a medida que nos hacemos mayores, no sólo perdemos un poco la vergüenza, sino que además hay muchas cosas que nos preocupaban de pequeños que con los años dejan de importarnos. Que bastante tenemos con preocuparnos de la salud, de pagar las facturas y de prosperar en el trabajo…

  • Que Fulanito sepa que te gusta: cuando era adolescente, que un chico supiera que me gustaba me parecía lo peor que me podía pasar en la vida, pero a medida que me he hecho mayor pienso ‘¿Qué es lo peor que puede pasar?, ¿que sepa que me gusta?, ¿y qué?’… rs_560x315-150921110920-560-Amy-Poehler-Awards-Shows-Tina-Fey-RM-092115-2
  • Esperar sola en un bar a que llegue la persona con la que has quedado: cuántas frías noches de invierno he esperado en la puerta del bar a que llegase la otra persona sólo por no esperar dentro sola… Hace ya años que no me supone ningún problema entrar en un sitio, sentarme en una mesa y pedirme una cerveza mientras espero (a esto han ayudado también mucho los smartphones, no sólo la edad…)
  • Hacer el ridículo en general: recuerdo como si fuera ayer las veces que me caí en público siendo adolescente. Ya de adulta dejé de llevar la cuenta y de martirizarme por ello giphy (56)
  • Llevar pintas sólo por ir fresca / abrigada: ¿y qué si parezco el Yeti vestida con mi plumas, mis UGG, mi bufanda hasta la nariz y mis orejeras?, mientras yo vaya cómoda y  calentita, me dan igual las pintas que lleve…
  • Los kilos extra: esto va en la persona, obviamente no todo el mundo piensa igual, pero lo cierto es que en mi caso (y en el de muchas colaboradoras), los años han supuesto una liberación en este aspecto. ¿Qué es eso de dejar de bajar a la playa sólo por tener tripa y celulitis?, no way, ¡a ponerse el bikini y a quitarse los complejos!
  • Las tendencias en moda o música: yo lo siento pero no me voy a poner esos pantalones vaqueros a media pantorrilla con flecos en los bajos, ni un crop top (qué frío, ahí con la tripa al aire…), ni muchas otras cosas sólo porque estén de moda. Ni me va a gustar el ‘Súbeme la radio’, a mí déjame con mi música de los 80… 6mOwm
  • Celebrar tu cumpleaños: de pequeña, los únicos amigos que no celebraban sus cumpleaños eran los que los cumplían en Navidad o en pleno verano. Si no eras de ese grupo, celebrabas tu cumpleaños sí o sí. De mayor, te pasas las celebraciones por el forro y si un año no celebras tu cumple casi que mejor, eso que te ahorras
  • Las expectativas de los demás sobre tu vida: tengo 34, no tengo hijos, no estoy casada; por no estar, no estoy ni ennoviada. Y me importa más bien poco lo que la gente a mi alrededor piense sobre ello
  • Las opiniones de los demás: si dejan de importarnos sus expectativas, imaginad lo que nos importan sus opiniones…

¿A vosotras os pasa lo mismo?, ¿han dejado de importaros ciertas cosas o por el contrario ha aumentado vuestra preocupación por ellas a medida que cumplís años?