Toda mi vida engañada pensando que tenía un cuerpo feo, sin forma, lleno de estrías y celulitis que nadie quería, con ese flotador por barriga y esos muslazos, pero hace relativamente un año esta concepción de mi cambió pero para bien. Hace 1 año descubrí por casualidad la REVOLUCIÓN BODY POSITIVE (si, en mayúsculas, bendita casualidad). Yo, una adolescente de 17 años que con 16 años marcó un antes y un después en su vida, se aceptó y se quiso tal y como es. Antes me llamaban gorda y psicológicamente me hacia muchísimo daño, pero ahora es totalmente diferente, ahora cuando me lo dicen, los miro a la cara y les digo “gorda y divina, cariño” mientras les lanzo un besazo XL. Esto es lo que más le desconcierta a la gente, ya no pueden atacarte por tu físico porque te quieres teniendo la talla que tengas. Y si no empiezas a quererte tú, ¿Quién lo hará por ti?

Ya no tengo ese miedo a ir a comprar ropa con mis amigas, me veía como un cuerpo horroroso al lado de una 36-38, pero gracias a la ayuda de todas ellas me decido a entrar a todas las tiendas y a probarme lo que me salga del chirri  y, además, salir con una sonrisa satisfactoria en vez de cabizbaja y queriendo irme a mi casa. De hecho, de vez en cuando les tengo que prestar sudaderas porque según ellas son más cómodas y calentitas que algunas de las suyas o simplemente porque les gustan más algunas prendas plus size, que las de su talla.

Actualmente ya no me da miedo decir que tengo una talla grande y eso para mí ha sido todo un progreso. Simplemente cambié la forma de verme y esta revolución me enseñó a sacarme partido y a descubrir que hay miles de modelitos que quedarían de lujo en mi cuerpazo de Gorda&Divina.

María Collado Quirantes

 

Foto: Target