Si me pongo a contar la cantidad de cosas que, a lo largo del día, hacen daño a una persona con un físico diferente, llenaría un libro entero. Y no hablo sólo de personas con sobrepeso, hablo de cualquier persona cuyo físico no se adapte a los cánones establecidos. Gordas, bajitas, mujeres con el pelo rizado, gente con vitíligo, con acné, con cicatrices visibles, ¿cuántas de vosotras sentís a diario que la sociedad no está hecha para vosotras?

Entras en una tienda y lo primero que te dicen, después de miraros con desprecio de arriba abajo, es ‘Aquí no tenemos nada para ti’; entras con tus rizos en una peluquería a cortarte las puntas y, por norma general, te quieren alisar el pelo y vender 300 productos hidratantes contra el encrespamiento, sin que lo hayas pedido (oh, sorpresa, tal vez a tí te guste tu pelo rizado!); entras a comprar un perfilador de ojos en una perfumería y ya te están intentando encasquetar el corrector de ojeras, el despigmentante y la prebase de maquillaje que te unifica el tono porque dan por hecho que esa piel que tienes no te gusta ni a ti.

Abrís una revista y sólo veis mujeres cuya talla llega como máximo a la 38. Tal vez veáis a Ashley Graham, o a Candice Huffine, pero de ellas siempre se recalcará lo orgullosas que están de sus curvas y lo que están consiguiendo a pesar de su peso; no estarán nunca junto al resto de modelos como si no hubiera diferencia entre una talla 36 y una 48 o como si diera igual que una mujer mida 1,50 o 1,80.

Escuchas a gurús de la moda, a fantásticos diseñadores como Karl Lagerfeld diciendo que no les gustan las gordas, que su ropa no está hecha para gordas. Y te haces pequeñita porque de repente te preguntas si, aunque no seas capaz de entrar en un vestido de Chanel, alguna vez podrá ser tuyo uno de sus maravillosos bolsos…

Sales a tomar algo y en muchos locales hay sillas que no están hechas para culos gordos. Y eso por no hablar de los taburetes, que se te sale el culo por los lados cosa fina… Los probadores de muchas tiendas tampoco están hechos para gordas, como te quieras dar un par de vueltas para ver qué tal te queda el pantalón por detrás lo llevas claro…

Ves la tele y no hay un solo anuncio de productos ‘para mujeres’ o anunciados por mujeres en el que la protagonista tenga más de una talla 40. Si es que parece que los Tampax sólo están hechos para modelos y que sólo puedes usar Fairy o Don Limpio si pesas menos de 65 kilos… Ah, y si quieres cremas y maquillaje ya tienes que ser guapa y delgada de antemano, no vayan a sacar la foto de una mujer como tú o como yo recién levantada para ver lo maravilloso y cubriente que es ese corrector de ojeras… ¿Y qué me decís del pelo rizado? El pelo rizado sólo sirve para mostrar el ‘antes’ porque todos sabemos que tener rizos es un asco, y ese pelo seco y estropajoso sólo se puede arreglar con un champú de alisado japonés que te deja el pelo liso, como debe ser. Porque los rizos son mierda, y punto.

¡Y es que los rizos no triunfan ni en las películas ni en las series! Igual en los 80, cuando no existían las Ghd y tenías que conformarte con lo que tenías, si que veíamos protagonistas con el pelo rizado, pero con el paso de los años todas esas mujeres con preciosas melenas rizadas se las han ido alisando, porque es lo que se lleva: ser delgada, guapa y tener el pelo liso. ¿Recordáis la serie Felicity? Una serie coñazo donde las haya en la que lo único que merecía la pena eran Scott Speedman y los rizos de la protagonista. Sin embargo, pasados los años, todos los papeles que ha protagonizado Keri Rusell (por ejemplo, la reciente The Americans) son de mujeres con una melena larga, rubia, y LISA. Porque los rizos no venden y son la muerte.

Tampoco venden los kilos de más o los centímetros de menos. ¿Cuántas series conocéis en la que si alguna protagonista está gorda, la trama no gire alrededor de su peso?, me encantaría conocer alguna pero yo pienso por ejemplo en My mad fat diary (que se centra básicamente en que la protagonista está gorda); Friends (donde se puede ver en los flashbacks que cuando Mónica era joven era gorda y eso era el mal. También es el mal cuando se le riza el pelo por la humedad, porque como todos sabemos la mujer ideal es delgada y con el pelo liso); Super Fun Night (protagonizada por Rebel Wilson y que no duró nada) o Girls (que es probablemente de las pocas series en las que las protagonistas tienen físicos diferentes, todos normales, y las tramas no giran en torno a ello).

Queremos mujeres de todo tipo anunciando tampones y compresas; queremos ver mujeres con problemas reales en la piel que se maquillan y consiguen de verdad disimularlos, no supermodelos perfectas que están más guapas durmiendo de lo que yo estaré el día de mi boda; queremos ver mujeres con rizos que anuncien productos que van más allá del champú alisado japonés o de la mascarilla rizos perfectos; queremos que la vida real sea como un anuncio de Benetton de mujeres de todo tipo, queremos la variedad de Anatomía de Grey en todo lo que nos rodea.

Porque señores de la tele, les puedo asegurar que tampones y compresas usamos todas, como también usamos productos de limpieza, y maquillaje (quizás no todas, pero algunas); comemos verduras y yogures con fibra aunque seamos gordas, que no van ustedes a vender más por poner a Gisele Bundchen en vez de a Rebel Wilson a bailar como una imbécil mientras desayuna Activia con Special K. El mundo está lleno de variedad en muchos sentidos, y las mujeres no somos una excepción, dejen de tomarnos por gilipollas, que Estrella no dejará ni huella, pero estos estereotipos están dejando huella (y muy profunda) en muchas mujeres de este país.

Una seguidora comentaba el otro día en IG después de que Elena y Rebeca le firmaran el libro que se alegra de que su hermana de 14 años pueda crecer en un mundo donde Weloversize existe. Reivindiquemos un mundo más justo y más real para todas, independientemente de nuestra talla, nuestra altura o el color de nuestra piel y en el que todas seamos la norma, y ninguna sea la excepción.