Desde que el mundo es mundo, toda madre quiere lo mejor para sus hijos.  Pero últimamente no paro de encontrarme con una corriente de madres enloquecidas porque sus hijos sean superdotados sin haber cumplido ni cinco años. Pues yo me planto, no contéis conmigo, yo lo único que quiero es que mis hijos sean ‘normales’ (entendamos normales como FELICES).

No quiero que mi hijo sea Cristino Ronaldo, ni Messi ni Nadal.

giphy

No quiero que mi hijo sea modelo, ni míster Universo, ni guapo de España.

No quiero que mi hijo sea el más listo del colegio.

No quiero que mi hijo sepa chino, alemán, inglés, francés y japonés antes de que aprenda a andar.

No quiero que mi hijo sea famoso ni que me “saque de pobre”.

giphy (1)

No quiero que mi hijo sea un niño de portada: siempre limpio y educado.

Por el contrario quiero mi hijo juegue a lo que le apetezca sin sentirse presionado por ganar a toda costa.

Quiero que mi hijo se reboce en la arena y durante días continúe saliendo arena de los bolsillos de su ropa.

Quiero que mi hijo grite y se ría a carcajadas.

giphy (2)

Quiero que mi hijo se manche comiendo chocolate, helados y Nocilla.

Quiero que mi hijo se pelee con sus amigos y vuelva a reconciliarse.

Quiero que mi hijo vea dibujos animados.

Quiero que mi hijo pinte con las manos y tenga que bañarle de la cabeza a los pies para quitarle la pintura.

giphy (3)

Quiero que mi hijo se divierta en al colegio y aprenda mil canciones.

Quiero que mi hijo se caiga y tenga las rodillas llenas de heridas y moratones.

Quiero que mi hijo vaya con el pelo revuelto sin peinar.

Quiero que mi hijo juegue a ser fontanero, bombero, amo de casa o biólogo marino.

Quiero que mi hijo me pregunte mil veces: ¿cuándo llegamos?

Quiero que mi hijo me espachurre con mil abrazos dejándome sin respiración.

giphy (4)

Quiero que mi hijo quiera a sus abuelos.

Quiero que mi hijo se esconda bajo las sábanas a jugar con la linterna.

Quiero que mi hijo sea incapaz de guardar un secreto.

Simplemente quiero que sean niños y a ser posible lo más felices posible. Para mi esa es la verdadera esencia de la infancia: ser libres, ser felices. ¿Y para vosotros?