Arwen y Eowyn en El Señor de los Anillos. Gamora en Guardianes de la galaxia. Natasha Romanov y Wanda Maximoff en Vengadores. Elizabeth Swann en Piratas del Caribe. Padme, Leia y Rey en La Guerra de las Galaxias. Jean Grey, Tormenta, y Pícara en X-Men. Electra. Catwoman. Luna en Mercenarios 3.

¿Qué tienen en común estas mujeres? Sí, todas ellas forman parte de una película de fantasía o ciencia ficción. ¡Acción y aventuras!

Todas son el único (o uno de los pocos) personajes femeninos relevantes en su película.

Y todas ellas son mujeres poderosas, fuertes, empoderadas, con grandes historias, épicos momentos, buenas evoluciones, frases memorables. Son inteligentes, fuertes, valientes. Tienen habilidades de combate o super-poderes. Tienen trajes guays o vestidos fantásticos. Saben siempre cuándo actuar y siempre hacen lo correcto.


Yo sinceramente las adoro. Soy más fan de algunas que de otras pero adoro ver a esas mujeres tan increíbles en pantalla. Sin embargo, nunca me han parecido… suficiente.

Me explico: yo, como todo aquél que disfruta de una peli de estas características, gozo al sentirme identificada con alguno de los personajes. Tengo algo muy friki heredado de mi padre que es que cuando veo una de este tipo luego me creo que yo también formo parte de ese mundo, que tengo poderes o qué sé luchar y que estoy en la base secreta o voy por la calle a reunirme con mis compañeros en pos de una batalla en la que el bien ganará al mal. Cosas así. Pues bien, a pesar de que mi imaginación me permite hacer esto, nunca he podido meterme en la piel de ninguna de esas mujeres. No porque yo no sea igual de increíble, que lo soy (bitch, please) sino porque son… demasiado perfectas.

¿No os habéis fijado? Últimamente los héroes de la mayoría de estas películas son diferentes a como solían ser. En todas hay mínimo uno que se toma las cosas menos en serio, que es sarcástico, torpe o está en baja forma. Mirad a Star Lord. Antman. Deadpool. Ironman. Scott Pilgrim. Jack Sparrow. Finn y Poe Dameron. Barney, Navidad y el resto de Los Mercenarios. Todos ellos son así, son personajes más cercanos, con miedos tangibles, con torpezas.

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                                  (Y hacen cosas como retar al villano a un duelo de baile.)

¿Y qué hay de ellas? Cuando pensé en qué era lo que me faltaba a mí de las mujeres en esas películas me di cuenta de que era ESO justamente. Quería ver a una heroína ser torpe. Ser sarcástica o hacer un comentario absurdo en el momento que no toca. Una que canturree a veces, que hable sola o que haga bailecitos estúpidos. Una que en el momento de la verdad empiece cagándose de miedo aunque luego tire para adelante. Una mujer que no vaya enfundada en ropa ajustada y tenga medidas perfectas, aunque eso no tiene nada de malo.

Qué diablos, quería ver a una mujer… ¡como yo! Y como muchas mujeres que conozco. Una mujer más humana, que no sea absolutamente perfecta en todo, que su imperfección fuera más allá de “Oh, tuve una vida muy dura y un trauma por algo que pasó hace mucho tiempo pero que no voy a explicar del todo, solo a mencionar de pasada porque soy una mujer dura que no expresa mucho sus sentimientos y si en algún momento hago un comentario jocoso todos me miran extrañados porque lo normal es que me muestre fría, distante y ajena a todos.”

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                                        (Aquí la buena de Nat siendo distante y divina a partes iguales.)

No digo que no haya ninguna. Aunque la mayoría de las que se me ocurren son animadas y no de carne y hueso. Pero así como yo digo que te la planten en la cara en el cine y te digan: “Soy una mujer imperfecta pero increíblemente guay y soy una de las protagonistas principales de esta película”… pocas.

Pensé que era uno de los deberes de Marvel (ya que últimamente hacen tantas películas a las que me he aficionado), pero de pronto, llegó algo por otro lado que me llamó la atención. Me dije: ESTA. Esta podría ser la película que he estado buscando.

¿Y sabéis qué? Lo es.

Así que desde aquí quiero dar las gracias a la productora Sony, el director Paul Feig, a los guionistas Paul Feig y Kate Dippold y a las maravillosas actrices Melissa McCarthy, Kristen Wiig, Kate McKinnon y Leslie Jones, por hacer el reboot en 2016 de Cazafantasmas. Una película que si bien no es perfecta y seguramente no tendrá tanta repercusión como las originales (ningún reboot podría) me ha enseñado por fin a mujeres con las que puedo sentirme identificada, un grupo del que yo o cualquier otra podríamos formar parte. Sin la perfección casi robótica del resto pero igualmente válidas, inteligentes, valientes, fuertes y sí, bellas. Gracias por decirnos a todas que sí, nosotras también podemos ser torpes, excéntricas, frikis, absurdas, sarcásticas y aún así ser una heroína en una película de acción que salva a toda la humanidad.

Gracias también al genial Chris Hemsworth por hacer tan bien un papel tan estereotipado (mucha gente dijo de su personaje que era el único protagonista masculino y era así, ¿cómo iban a sentirse identificados los hombres? “Oh no, no me imagino cómo se debe sentir eso…”) y a los actores del film original por los fantásticos cameos.

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                                                           (Who you gonna call!?)

Por favor, necesitamos más películas como Cazafantasmas. Necesitamos a más mujeres en pantalla como Abby Yates, Erin Gilbert, Jillian Holtzmann y Patty Tolan. 

A las mujeres también nos gusta sentirnos identificadas con los personajes de las películas de acción, ¡Gracias!

LAU MB.